El hijo de Lucky Island prevaleció de punta a punta y por 8 cuerpos en el Especial Bolivia, sobre 1100 metros y en pista pesada
LA PLATA.- Terminó la racha negativa para Llaullín. Después de más de 9 meses, el destacado velocista del Stud La Cuota pudo reencontrarse con la victoria. Fue este jueves sobre la pista de arena pesada del Bosque, haciéndose fácilmente del Especial Bolivia (1100 m), la prueba principal de la jornada.
Pero, además de su vuelta a las fotos, para el hijo de Lucky Island quizás haya comenzado una nueva etapa, la de regresar a los primeros planos de una división que de potrillo lo tuvo como uno de los protagonistas centrales, venciendo en los clásicos Benito Lynch (L) y José M. Boquín (L), sin olvidar aquella conquista en el Agustín B. Gambier (G3), bien temprano a los 2 años.
Cargando livianos 54 kilos -dada la condición de la carrera...-, Llaullín vino luchando un rato adelante con From Cuba (Qué Vida Buena, 54) tras un parcial inicial exigente de 23s7/100. Ya en la parte final del codo empezó a sacarse de encima esa compañía molesta y enfrentó la recta con todas sus energías.
Fue así que fácilmente se distanció y tras dejar atrás las 8 cuadras en 47s50/100 se encomendó sin más trámites hacia el disco, cruzándolo con 8 terminantes cuerpos de ventaja sobre Magyar (Lenovo, 56), defendiendo de la mejor forma el voto de esta página.
A 1 más, Eyes Have It (Il Campione, 56) completó la trifecta, con el gran favorito Colbac Bomb (Hit It a Bomb, 58) -que cargó el peso máximo- finalizando cuarto al pescuezo, rindiendo mucho menos de lo previsto por el público. El tiempo de la carrera fue de 1m5s72/100, justificado por el estado del terreno.
Preparado por Angel Piana y presentado por Claudia Bellier, Llaullín llevó en sus riendas a Miguel O. Sosa. Criado por el Haras Alborada, es la tercera cría de Pompei Viva (Sidney's Candy), sin campaña de pistas pero nieta de la recordadísima Salta's Pride (El Raggaas), que, tras vencer en el Clásico España (L) aquí, se lució sumando varios logros buenos en los Estados Unidos, siempre con la chaquetilla del Stud Tori, que la había importado desde ese mismo país al pie de su madre un tiempo antes.
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