El hijo de Cosmic Trigger, que venía de correr bien el Old Man y el Cané, se impuso con suficiencia en el inicio de la ruta alternativa hacia el Gran Premio Nacional...
La línea del Gran Premio Polla de Potrillos (G1), y del Hipódromo Argentino de Palermo en general dentro del proceso selectivo, tuvo continuidad con la muy buena victoria que este viernes alcanzó Mannarino en el Clásico Coronel Miguel F. Martínez (G3-1800 m, arena normal), con el que comenzó la ruta alternativa hacia el Gran Premio Nacional (G1).
El crédito del Stud Las Brujas venía de terminar cerca de Giustino (Full Mast) en el Clásico Old Man (G3), y de Nooresh (Suggestive Boy) en la fila de Holy Joy (Fortify) cuando animó el Clásico Miguel Cané (G2), nombres aquellos que el sábado último definieron la instancia inicial de la Triple Corona.
Preparado especialmente para la ocasión y exhibiendo muy buena aptitud para ir más arriba en las distancias, el zaino ratificó su preferencia por el piso de tierra -sus únicos dos fracasos fueron en el césped- mostrando lo mejor de su parte en la recta final y superando con claridad a un grupo de rivales parejo.
Osvaldo Alderete trató de mantener al ganador apartado del ritmo en la delantera que establecieron Enloqueceme (Fragotero) y Enrapture (Il Campione), bajo parciales iniciales ridículos de 22s55/100 y 45s95/100, números que son clara evidencia de que en centro ya es hora de que pongan un reloj en serio.
En la curva el grupo se hizo chiquito y la presión empezó a aumentar sobre los punteros. Primero se entregó Enloqueceme y Enrapture se mantuvo algo más, mientras Vivante (Lizard Island) se arrimaba abierto y Alderete paleteaba a Mannarino buscando ya hacerlo entrar en paso de definición.
Llegó la recta, y aceleró el pupilo de Pedro Molina, que por los 250 metros dio cuenta de Enrapture para luego mantener a raya a Atamor Beach (Treasure Beach), finalmente escolta desde 3 cuerpos, mientras en larga carga el favorito Baranello (Seahenge) era tercero a medio largo.
Enrapture conservó una meritoria cuarta colocación y Vivante desapareció del mapa para rematar octavo y anteúltimo muy alejado, en una actuación decepcionante, fallando por primera vez en el centro. El tiempo de 1m48s1/100 fue 1 segundo más rápido respecto del establecido por Inconmensurable (Cosmic Trigger) un rato antes en el Bezley (G2).
"El potrillo había corrido bien contra los mejores y lo preparamos con todo para esta carrera, donde demostró que en la distancia es mejor. Ahora tomaremos seguramente el camino del Nacional y volveremos a competir contra los más destacados, pero sabiendo que los metros le son de gran ayuda", contó Osvaldo Alderete, que por primera vez levantó la copa en esta competencia.
Mannarino completó un lujoso doblete de grupo para el padrillo Cosmic Trigger (Lizard Island), el hermano menor del crack Candy Ride (Ride the Rails), que se afirma como uno de los más generosos del momento.
Criado por el Haras Abolengo, el ganador del Martínez tiene por madre a Mani Bo (Manipulator), que supo vencer a los 3 años en la arena porteña durante su campaña y que anteriormente había producido a Mani Bo (Asiatic Boy), con 5 triunfos en la distancia, entre ellos en el Clásico Ensayo de La Punta y en los handicaps Potrillón y República de Francia.
Su familia materna tiene base importada y comenzó a desarrollarse con la llegada de Cozy Cat (Cozzene) -cuarta madre de Mannarino- al Haras Don Arcángel, a partir de la cual se sucedieron los ganadores clásicos Me Conviene (Ahmad), Bulonero (Intérrprete) y Poker Mommy (Daddy Long Legs), que en 2023 fue la heroína en el Francisco Beazley.
El Martínez proyectó a Mannarino hacia el Gran Premio Nacional, y habrá que ver si sus conexiones deciden hacer un paso previo en el Eduardo Casey (G2), como suele suceder, o encaran directamente el Derby. El zaino mostró que puede galopar, y la noticia alcanza y sobra para ilusionarse.
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