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Maranelo, y aquello de que a los caballos hay que medirlos por las buenas

Foto del escritor: Turf DiarioTurf Diario

El hijo de Holy Boss olvidó su previo traspié en el Handicap Phoenix y se impuso en el Clásico Osvaldo Martínez, donde no corrió Camuflaje

Dichos burreros hay un montón, y suelen ser una guía histórica. Uno de ellos indica que a los caballos hay que medirlos siempre por las buenas, y es el que le cae de perillas a Maranelo, que este sábado en el Hipódromo de San Isidro borró por completo aquel paso en falso de hace casi dos meses en el Handicap Phoenix para quedarse ahora con la victoria en el Clásico Osvaldo Martínez

Es cierto que la ausencia de Camuflaje (Orpen) le quitó del medio al hijo de Holy Boss el rival más complicado en los papeles que tenía por delante, tanto como que el zaino de 534 kilos fue imparable con su potencia, bajo la vieja fórmula Roberto Pellegatta-Juan Carlos Noriega.

Corriendo de menor a mayor, el caballo del Stud Chico Carlos arrasó abierto para pasar de largo al puntero Humor Sabatino (Sabayón) a la altura de los 200 metros y separarse de allí en adelante, cruzando el disco con 1 1/2 cuerpo de ventaja sobre el potrillo Ser Sincero (Fortify), que ya parece estar tomándole nuevamente el ritmo a la corta. A idéntica distancia, Humor Sabatino fue tercero, todo tras 56s42/100.

Criado por el Haras La Leyenda, Maranelo es un canto a la velocidad en su pedigree, ya que su abuelo materno es Midnight Lute, Campeón Velocista en los Estados Unidos y que era dueño de una atropellada pocas veces vista, que lo llevó a ganar 2 veces el Breeders' Cup Sprint (G1).

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