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Martín Valle la rompió toda en las Estrellas

  • Foto del escritor: Turf Diario
    Turf Diario
  • 1 jul
  • 4 Min. de lectura

Con triunfos en el Juvenile, el Juvenile Fillies, el Mile y el Dirt, el joven jockey tuvo una faena de ensueño y reafirmó por qué es uno de los grandes nombres del turf argentino


Martín Valle tuvo una tarde memorable en Palermo / JUAN I. BOZZELLO
Martín Valle tuvo una tarde memorable en Palermo / JUAN I. BOZZELLO

Para Martín Valle el sábado fue, sin dudas, uno de sus grandes días desde que disfruta de la profesión de jockey. Ya triple ganador del Gran Premio Carlos Pellegrini (G1) a sus jóvenes 27 años, el profesional tuvo una tarde soñada, ganando 4 de las Carreras de las Estrellas -3 de G1- al cabo del fantástico festival que se vivió en el Hipódromo Argentino de Palermo.

Muchas cosas deben pasar para que lleguen este tipo de cosechas. Obviamente, contar con buenas montas es esencial, pero también los planetas deben alinearse para que las cosas salgan como uno lo espera. De hecho, Martana (Fortify), quizás su mejor carta en la previa, perdió en el Distaff (G1) ante Coni Fizz (Marconi), pese a lo que logró llegar a un formidable poker.

Valle tuvo las Carreras de las Estrellas “entre ceja y ceja” desde mucho antes de que sonara la campana inicial el sábado. Su determinación, su fe y su talento se combinaron de la mejor manera para regalarle una de esas jornadas que son imposibles de olvidar. El correntino fue la figura indiscutida de esa gran fiesta del turf argentino, dejando en claro por qué es uno de los nombres fuertes de la actualidad.

“La verdad es que el año pasado no tuve suerte en las Estrellas, siempre tuve problemas en los desarrollos. Pero siempre pensé que algún día me iba a tocar, y llegó... ¡y de qué manera!”, comentó Valle, aún con la emoción a flor de piel.

Desde temprano supo que sus chances eran firmes. “En la previa sabía que de los 7 caballos que tenía que montar, todos tenían chance. No había ninguno que pensara: ‘este no puede’. Por suerte todo salió redondo y pude disfrutar muchísimo la jornada. Fue un día especial, gracias a Dios.”

El primer impacto llegó con Charm (Strategos) en el Juvenile Fillies (G1), una potranca que venía en evolución y que terminó superando a la invicta Roshita (Gouverneur Morris), la favorita. “Le tenía una fe bárbara. Había adelantado un montón y sabía que, aunque iba a ser una carrera muy dura, estaba para ganar… y se dio”, contó con una sonrisa.

Un rato más tarde, El Éxito (Il Campione) cumplió con los pronósticos en el Mile (G1), aunque debió exigirse para doblegar a un rival duro como Descamisado (Fortify). “En los papeles era el favorito, pero sabía los puntos que calza el caballo de José (Blanco, su entrenador). Fue una carrera dura, pero la sacamos a flote y ratificó lo bueno que es.”

También se lució con Pecadora Joy (Fortify), vencedora en el Estrellas Dirt, de la que esperaba una gran actuación. “Estaba muy bien, mucho mejor que en su anterior actuación. En la carrera la sacaron un poco de ritmo, pero la esperé todo lo que pude y en los metros finales se desprendió muy fácil. La distancia era ideal para ella.”

El triunfo más resonantes fue el que consiguió en el Juvenile (G1) con Drive Joy (Fortify), que le dio revancha tras lo sucedido en el Gran Criterium (G1) de San Isidro. “Parecía la más difícil porque estaba Amor de Contramano (Gouverneur Morris), que había ganado muy fácil el Montevideo. En el Criterium el mío quedó último en la suelta porque se inquietó justo cuando vino el portazo. Igual llegó tercero a 5 cuerpos, y como seguía trabajando bien decidieron correrlo en la arena. Respondió y le ganó muy bien al tordillo, que es un gran caballo.”

A los 27 años, Valle ya consiguió muchos objetivos, pero no se la cree: “Hay que seguir trabajando, no hay que conformarse. La base del éxito es la humildad, el trabajo y rodearte de gente que sume, porque nunca vas a dejar conforme a todos.”

Detrás de cada uno de sus logros, hay esfuerzo, dedicación y un entorno que lo sostiene. “A veces me pongo nervioso los días previos a la carrera porque uno quiere que los caballos lleguen bien, que no pase nada a último momento. Después se puede ganar o perder, pero lo ideal es que lleguen en plenitud.”

Valle también agradeció a su círculo más íntimo por todo lo conseguido: “La familia siempre está apoyando, aunque uno por el trabajo está poco con ellos. Cuando puedo, disfruto. Por eso voy poco a La Plata, y prefiero pasar los días libres con mi mujer y mi nena, que el año que viene ya empieza el jardín. También tengo el aliento de mis viejos desde Corrientes, que entienden que esta profesión es así.”

Y no se olvidó de quienes lo acompañaron desde el inicio: “Tengo que agradecer a Firmamento, Santa Inés, Quique Martín Ferro, y a mi amigo ‘Blancucho’ (José Cristóbal Blanco), una persona excepcional. Me ayudó mucho cuando empecé, y cuando le pedí un poco de libertad, me la dio, me dejó volar. Gracias a eso, hoy tengo triunfos importantes no solo con él, sino con toda la gente que confió en mí.”

El sábado, las estrellas brillaron sobre Palermo. Y una de ellas, sin dudas, se llamó Martín Valle.

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