El hijo de Distorted Humor, ganador del Kentucky Derby y del Preakness Stakes, tenía 23 años y se encontraba retirado en el Kentucky Horse Park, donde era una de las grandes atracciones
LEXINGTON, Kentucky (Especial para Turf Diario).- Hay caballos que se hacen querer; que tienen una aureola diferente, que alcanzan una química única con el aficionado; que los transforma en ídolos. Vaya si Funny Cide era uno de esos ejemplares diferentes, con su historia simpática y sus triunfos relevantes debajo del brazo.
El alazán, ese que en 2003 se garantizó un lugar en la historia grande ganando el Kentucky Derby (G1) y el Preakness Stakes (G1), murió este domingo a sus 23 años en el Kentucky Horse Park de esta ciudad y las redes sociales se llenaron de posteos recordándolo, en una muestra por demás fiel de que aquellas palabras del comienzo son bien ciertas. El alazán, del Sackatoga Stables y con el chileno José Santos en sus riendas, el hijo de Distorted Humor y Belle's Good Cide (Slewacide) no pudo superar un episodio de cólico.
Campeón 3 Años, dos veces Caballo del Año en New York, Funny Cide había sido el primer potrillo en tentar fortuna por la Triple Corona desde que Affirmed (Exclusive Native) la había conseguido en 1978, pero en el Belmont Stakes (G1) vio rodar esas ilusiones quedando tercero de otro gran caballo como Empire Maker (Unbridled), en cancha pesada.
Fue el primer castrado en quedarse con el Kentucky Derby desde que en 1929 lo consiguiera Clyde Van Dusen (Man O'War), y aquél viaje que sus entusiastas propietarios realizaron en un bus escolar amarillo alquilado, de esos típicos que aparecen en las películas, hasta Churchill Downs quedó en la memoria como una peculiaridad.
Funny Cide ganó también la Jockey Club Gold Cup (G1), el Excelsior Handicap (G3), el Dominion Day Stakes (G3) y algunos clásicos menores, además de haber sumado varios arrimes clásicos importantes, totalizando 11 triunfos en 38 salidas y premios por 3.529.412.
En 2007, cuando fue retirado de las pistas, quedó en la caballeriza de Barclay Tagg, su entrenador, para cumplir el rol de pony, pero la temporada siguiente fue trasladado al Hall of Champions del Kentucky Horse Park, donde fue una de las grandes atracciones hasta este domingo que partió.
La historia de Funny Cide terminó con su muerte, pero fue sólo el comienzo de una nueva vida, distinta, en la inmortalidad, compartiendo la mesa con tantos cracks que también pudieron conseguir lo más difícil de todo: el amor de los aficionados.
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