Murió en Uruguay Trinniberg, Campeón Velocista de 2012 en USA
- Turf Diario

- 5 ago
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Ganador del Breeders’ Cup Sprint (G1), el hijo de Teuflesberg tenía 16 años y prestaba servicio en el Haras San Miguel Queguay

PAYSANDU, Uruguay (Especial para Turf Diario).- En el año 2012, bajo el sol de Santa Anita Park, un potrillo llamado Trinniberg grababa su nombre en la historia grande del turf mundial al imponerse sorpresivamente en el Breeders’ Cup Sprint (G1). Aquel triunfo, que le valdría poco después el título de Campeón Velocista de ese ño en los Estados Unidos, marcó el punto más alto en la campaña del hijo de Teuflesberg, que años más tarde encontraría destino en el sur del continente. Desde hace algunas temporadas alojado en Uruguay como padrillo, primero en el Haras La Concordia y luego reubicado en el Haras San Miguel Queguay, Trinniberg murió ayer, según confirmaron distintas fuentes en el país vecino y publicó el sitio Invasor.
Criado en Florida por el J M Stables Inc., propiedad del Sherry Racing Inc., y entrenado por Bisnath Parboo, Trinniberg fue una figura atípica dentro del turf norteamericano. Dueños humildes, un origen modesto y un perfil bajo, que contrastaba con la velocidad descomunal que mostraba en la pista. Ganador en su debut a los 2 años en el ya desaparecido Calder, se hizo conocido cuando fue segundo en el Hopeful Stakes (G1) y luego en el Nashua Stakes (G2), antes de sumar su primera victoria clásica en el Swale Stakes (G3) ya a los tres.
Ese 2012 fue su gran año. Además del Swale, se impuso en el Bay Shore Stakes (G3) y el Woody Stephens Stakes (G2), aunque su consagración definitiva llegó cuando, tras una pausa de más de cuatro meses, sorprendió a propios y extraños quedándose con el Breeders’ Cup Sprint (G1), ante un lote feroz que incluía a The Lumber Guy (Grand Slam), Justin Phillip (First Samurai), Poseidon's Warrior (Speightstown) y Coil (Point Given), entre otros. Con Willie Martínez en sus riendas, dominó prácticamente de punta a punta y cruzó el disco en 1m7s98/100 para los 1200 metros, sellando una campaña que lo haría merecedor del Eclipse Award como mejor velocista del año.
Esa sería la última victoria en la campaña de Trinniberg, que fue retirado de las pistas al finalizar su campaña de 4 años, tras fallar en el intento de defender su título. Su camino como padrillo comenzó en el Rockridge Stud, en Nueva York, donde no logró captar demasiada atención. Su producción inicial fue reducida, aunque dejó algunos ganadores útiles, entre ellos Singanothersong, que supo correr en el circuito de Florida con cierta notoriedad.
En 2015 Trinniberg sirvió en el Haras Ponta Porá, en Brasil, y en 2017 viajó por primera vez a Uruguay, para, a partir de 2019, quedar radicado en el Haras La Concordia, donde fue recibido con expectativas altas , dadas sus credenciales y su genética velocísima.
Trinniberg fue Padrillo del Año de 2021 allí y entre sus productos más destacados aparecen Nopaya Naa, Campeón 2 Años Hembra, la G2 Tres Botas y los ganadores clásicos Nina Ricci, Mitterrand, Nouvel, New Orleans, Bella Ciao, Adagio do Rei, Arariboia Berg, La Sobrina, Maravilloso, Negra Modelo, Fast Jet y Grandinata, la mejor potranca de esta temporada en Maroñas y máxima aspirante para la inminente Polla (G3).
Pese a su perfil bajo en la reproducción, la presencia de un campeón del Breeders’ Cup Sprint en tierras sudamericanas no pasó desapercibida para los aficionados y criadores más atentos. Su partida, entonces, deja una marca nostálgica en quienes valoran la historia del turf y el recuerdo de aquel zaino potente que un día, desafiando todo pronóstico, tocó el cielo en Santa Anita.
Con la muerte de Trinniberg se cierra el ciclo de un caballo que supo ganarse un lugar en el turf mundial desde la humildad, la velocidad y el corazón. Desde la arena californiana a los verdes campos del interior uruguayo, su legado encuentra ahora descanso. La historia lo recordará siempre como lo que fue: un campeón.





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