En otra actuación notable, la hija de Fortify volvió a adelantarse a los machos para sumar su primer triunfo de G1
Ninguna yegua había podido ganar el Gran Premio San Isidro (G1-1600 m, césped) desde que Maia (Cipol) había dado el golpe en la edición de 1975. Claro, hasta que llegó Nanda Dea para desparramar todo su talento en la pista principal del escenario del Jockey Club y alcanzar una hazaña espectacular, confirmándose como número uno a nivel general en la media distancia.
Su previa muestra en el Clásico Ecuador (G2), cuando ya se había adelantado a los machos, ilusionaba con que la hazaña era posible. Este sábado la talentosa zaina que tiene 12 propietarios y corre con la chaquetilla del Stud-Haras Santa Inés, respondió a lo esperado y a un enorme favoritismo con otra gestión convincente, de lujo.
En un desarrollo donde el potrillo Amigazo Sky (Falling Sky) marcó el camino con parciales moderados, seguido por Shy Friend (Equal Stripes), Huapango Torero (Suggestive Boy) y Lawson (Le Blues), Martín Valle trajo quinta a la hija de Fortify, que siempre vino con andar sobrador.
Ya en la recta, Nanda Dea se arrimó, asómo por el centro de varios rivales y rápidamente se hizo dominadora, escapándose y poniéndose a cubierto de la atropellada de Vespaciano (Daniel Boone), que fue segundo a 1 1/2 cuerpos no casualmente en la distancia donde hace 2 años había vencido en las 2000 Guineas (G1).
A 3/4 de cuerpo, Huapango Torero (Suggestive Boy) fue notable tercero, con idéntico margen sobre Lawson, mientras Amigazo Sky defraudaba terminando apenas décimo entre 12, aunque a poco menos de 9 cuerpos, todo tras 1m33s29/100.
Con récord de 6 en 7 y una racha de 4 victorias de grado consecutivas, el futuro es enorme para Nanda Dea, cuyo techo aún no está a la vista. Por delante, en 2 mesas, está el Gran Premio Joaquín S. de Anchorena (G1), donde buscará consagrarse como la campeona de la milla sobre césped de la temporada.
Martín Valle en sus riendas reduce los márgenes de error haciendo todo lo que dicen los libros a la perfección, y desde abajo la yegua tiene el respaldo de Enrique Martín Ferro en la preparación, que tomó junto con su equipo una decisión valiente y encontré en Nanda Dea la respuesta ideal y esperada.
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