Need You Tonight, el “patito feo” que buscará hacer historia en el Latinoamericano de Río de Janeiro
- Turf Diario

- 16 oct
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El caballo del Stud El Wing une en la ilusión Roberto A. Pellegatta, su entrenador, y a Endrigo Gennoni, su criador y propietario

Por Diego H. Mitagstein (Enviado especial de Turf Diario a Río de Janeiro, Brasil)
RÍO DE JANEIRO, Brasil (De un enviado especial).- Cada caballo tiene su historia, y algunas parecen escritas por el destino. Need You Tonight llega al Gran Premio Latinoamericano (G1) de este sábado en el Hipódromo da Gávea como una de las dos esperanzas argentinas -junto con Vundu (Suggestive Boy)-, pero su camino hasta esta cita continental dista mucho de haber sido el más sencillo. Detrás del zaino del Haras El Wing hay una historia de fe, trabajo y pasión, la de un “patito feo” que se transformó en figura, y la de un entrenador que busca escribir su propio capítulo en una saga familiar de gloria.
Argentina no levanta la Copa del Latino desde 2020, cuando Tetaze (Equalize) brilló en San Isidro bajo la preparación de Juan Saldivia y de Roberto Pellegatta, el padre del actual entrenador de Need You Tonight. Cinco años después, será su hijo, Roberto Andrés Pellegatta, el que intente repetir aquella hazaña, pero esta vez con sello propio, con su propio caballo y bajo sus propias convicciones. “Fue mucho trabajo para llegar a este momento. Estuve muchos años debajo del ala de mi papá, pero uno siempre sueña con desprenderse y hacer su carrera. Por suerte los propietarios me apoyaron y me apoyan, y las cosas se fueron dando. Me fue bien con Special Dubai (E Dubai), que ganó G1, y ahora llegó Need You Tonight, que es un crack”, cuenta el preparador, con la mezcla justa de emoción y serenidad.
No es sólo una oportunidad profesional. Es, también, una historia de madurez y herencia, de cómo las generaciones se suceden sin que el fuego sagrado se apague. “El caballo está muy bien, esperamos que siga así y tener un buen resultado. Llegamos bien, lo vamos a tener en un arco, anda bien... Perdió en el San Martín (G1) porque me parece que estuvimos muchos días sin correr, todo nuevo. Él va siempre en ascenso, ahora veremos cómo nos tratan acá”, analiza con precisión Pellegatta, consciente de lo que implica representar a su país en la carrera más importante de Sudamérica.
Pero si la historia de Roberto Andrés tiene sabor a continuidad y crecimiento, la de Endrigo Gennoni, criador y propietario de Need You Tonight, tiene un aire de fábula. “Need You Tonight fue el único que no pude vender de su generación, fue el patito feo. Pero estas historias son comunes detrás de los caballos buenos, es lo lindo que tiene. Lo disfruto cada momento, si ganamos mejor, pero sino es inolvidable”, cuenta, con esa mezcla de sorpresa y ternura que sólo los criadores sienten cuando la vida les devuelve lo que parecía perdido.
El hijo de Hat Ninja, demostró que la belleza del turf no siempre está en lo perfecto, sino en lo improbable. Lo que un día fue un potrillo que nadie quiso, hoy es el abanderado de un stud que ve en él mucho más que un caballo de carreras: un símbolo de perseverancia.
Pellegatta lo sabe, y lo vive con intensidad. “En el día a día te ayuda un ciento por ciento, es muy profesional, tiene mucha clase... Le tenía miedo al viaje, porque todo era nuevo, el camión, el avión, pero cuando llegué y lo vi me quedé tranquilo, porque estaba perfecto y ya me dejó tranquilo”, dice sobre su pupilo, con esa mezcla de respeto y cariño que sólo los verdaderos entrenadores sienten por sus caballos.
El Gran Premio Latinoamericano celebrará su 41ª edición en Río de Janeiro, con 16 participantes y una bolsa de 300.000 dólares en juego. Siete veces ganó la Argentina la carrera -la primera con Savage Toss (Egg Toss) en 1989, la última con Tetaze en 2020-, y ahora confía en sus dos cartas, Need You Tonight y Vundu, para intentar cortar una racha que ya se hizo larga.
Quizás el destino haya querido que sea así: que el hijo de un gran entrenador tenga su oportunidad, que el criador encuentre su revancha, y que el “patito feo” se transforme, una vez más, en un cisne que haga volar la bandera celeste y blanca en lo más alto del continente.





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