El entrenador realizó un trabajo fantástico para convertir al hijo de Fortify de un millero notable a un fondista todavía mejor y ganar el Gran Premio Carlos Pellegrini (G1)
Por Diego H. Mitagstein
Con 38 años recién cumplidos, Nicolás Martín Ferro tocó el cielo burrero con las manos. En el Hipódromo de San Isidro, su casa, como él mismo lo describe, acaba de ganar el Gran Premio Carlos Pellegrini (G1) e inscribir su nombre como el de uno de los entrenadores más jóvenes en conseguirlo a lo largo de la historia.
No es novedad el vínculo de Nico con los títulos fuertes y las fotos inolvidables; casi que desde el comienzo de su trayectoria lo acompañaron, con aquel despegue de la mano del campeón Winning Prize (Pure Prize) y Manipuler (Grand Reward), los dos caballos protagonistas del fotón que abre su página de Facebook y que fueron parte de la producción que en su momento realizó el desaparecido Diario El Crack, un lujo total e irrepetible que la amarreta hípica nacional se devoró.
El tiempo pasó y el hijo de Enrique Martín Ferro, también entrenador de éxito y veterinario, y de quién heredó su pasión por el turf y por los SPC, no hizo más que afirmarse hasta convertirse en una de las grandes referencias de la actualidad.
Con casi 700 carreras ganadas, 122 clásicos, 72 de grupo y 27 de G1 (números tremendos, por cierto), Nicolás Martín Ferro encontró con Intense for Me esa victoria que tanto soñó y por la que tanto trabajó.
"Lo merecía el caballo, que había pegado en los palos en los G1. Es un pingo, una máquina, con el que arrancamos corriendo 1400 metros el año último, lo subimos a la milla este y que después decidimos llevar todavía más arriba. Ganó una carrera tremenda, guapeando contra un gran rival como El Kodigo, así que estoy feliz", es la primera reflexión ante el micrófono del cronista, cuando habían pasado apenas unos instantes de la victoria y la excitación todavía estaba presente.
Con Intense for Me el cuidador volvió a recorrer el camino de la tendida, el mismo que trazó con otros como Strategos (Zensational), Epityrum (Portal del Alto) o Treasure Island (Treasure Beach), llevándolos cada vez más lejos en la distancia con éxito.
Se le pregunta si es ya una especialidad de la casa, y responde: "Me gusta mucho el fondo, la distancia, este tipo de carreras, y siempre que puedo intento de estirar a mis caballos. Por suerte, varios de los que tuve me dieron la razón, y seguro habrá otros que no lo harán, pero si se puede voy a hacer el intento siempre, porque estas son las carreras con las que todos soñamos y nosotros vivimos de desafíos, y los desafíos son lo más lindo que se pueden plantear en lo profesional".
El Pellegrini era una carrera brava de por sí, pero la largada 18 del alazán del Stud Toroquemero hacía todavía más complicado en la previa. ¿Cómo vivió esas horas previas con la noticia del puesto de partida ya conocida? Lo cuenta: "Hasta el martes el caballo me encantaba, pero cuando nos tocó la suelta 18... Hoy con las chapas puestas quizás le di más importancia de la que tenía que darle, pero pensé que se nos iba mucho de la chance... El año pasado le tocó largar 21 en el Anchorena y ahora nos tocaba de vuelta abiertos, no lo podía creer. Pero en la Copa de Plata (G1) vimos ganar a Brienne Trigger (Cosmic Trigger) desde el 19 y me daba un poquito más de ilusión... Y terminan 1-2 el 18 y el 20 de partida...
"Martín consiguió ubicarse bien en el codo, sin tener que viajar demasiado, y cuando lo vi en los 400 que sacó afuera y arrancó dije: 'define'. Después hubo que luchar palo y palo y, por suerte, cayó la moneda de nuestro lado.
"Cuando no lo pasó en el envión, me preocupé. Vi que lo tiró y pensé que ganaba, pero rebotó por los 150 y me cambió la mirada, porque el de al lado era El Kodigo, un buen caballo, parejo, bien vareado, que lo tiene todo, pero faltando 50 metros vi que tenía algo más Intense for Me, lo grité con alma y vida y puso la cabeza en la raya".
A lo largo de 2024 Nicolás Martín Ferro ganó un montón de pruebas importantes y tuvo en sus manos a muchos de los mejores ejemplares del país, como Vundu (Suggestive Boy), los mencionados Intense for Me, Epityrum y Treasure Island, Acento Final (Treasure Beach), y siguen las firmas. En su balance, "Fue un broche de oro para un año impresionante. No podía pedir más nada, pero si había que cerrarlo y ponerle la frutilla a la torta, era en el Pellegrini, que no lo había ganado nunca, que ganar en mi casa el Pellegrini es increíble. Ganamos Jockye Club, Rocha, Pellegrini... Ni soñando pensé que podía irnos tan bien".
Tiempo de festejar con los suyos para Nicolás, pero antes, es obligado preguntar por la Breeders' Cup, pues, con su triunfo en el Pellegrini, Intense for Me se clasificó para el Turf (G1) de 2025 en Del Mar. La respuesta del estribo ilusiona: "Sin dudas es otro desafío, y ya conté que me encanta asumirlos. Los caballos buenos nuestros pueden correr bien afuera, así que ahora hablaremos con el propietario, pero las ganas las tengo".
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