Holly Valley la había dominado con claridad, pero se cansó arriba y la hija de Hit It a Bomb volvió para llevarse el Contraventora
La carrera que ganó Olímpica Hit este lunes en la arena del Hipódromo Argentino de Palermo fue increíble. Muchas veces se vieron remontadas; caballos vencidos que arriba vuelven y dan vuelta la historia. Pero lo que hizo la hija de Hit It a Bomb no tiene muchas referencias, al menos, en los tiempos cercanos.
Después de correr adelante con violencia (según el absurdo cronómetro porteño, en 22s11/100 y 44s51/100...), la defensora del Stud Felipe Camilo pisó la recta presionada por Holly Valley (Homage), que poco tardó en dominarla y sacarle, como mínimo, 2 cuerpos.
Sin embargo, a 100 metros del disco, Lautaro Balmaceda sacó de los palos a Olímpica Hit, aplicó un par de fustazos para buscar una última oportunidad y la zaina salio lanzada para aprovechar el quedo de su rival y atraparla en la misma meta, superándola por la cabeza.
A 3 cuerpos, la cordobesa Costa Dark (In the Dark) completó el podio, mientras la enorme favorita Candy Fy (Fortify) tenía una actuación para el olvido, llegando quinta y anteúltima a 52 largos.
Olímpica Hit terminó empleando una marca de 1m35s71/100, luego de que los 1200 metros quedaran atrás en 1m8s99/100, por lo que el remate fue apenas por debajo de los 27 segundos, lo que deja a las claras el parate de Holly Valley y justifica la remontada de la ganadora.
Ganadora del Clásico Bullrich (G2), la yegua nacida en el Haras Firmamento venía de fallar en 2 oportunidades, y Juan J. Etchechoury, su entrenador, le dio un resuello en el training, dejándola unos 3 meses fuera de acción para ahora volver de la mejor manera.
Olímpica Hit es la mejor cría hasta el momento para Olímpica Catch (Catcher In the Rye), cuya madre no es otra que la recordada campeona Halo Ola (Southern Halo), la mejor yegua adulta de 2004, habiendo vencido en los grandes premios Eliseo Ramírez (G1), de Potrancas (G1) y en la Copa de Plata (G1).
Halo Ola es propia hermana del notable Sebi Halo y del G1 Snapy Halo, que hasta hace unos años ejerció como padrillo en el histórico Calumet Farm de los Estados Unidos.
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