La potranca se quedó con el Grande Premio Zelia Gonzaga Peixoto de Castro (G1) y el potrillo se impuso en el Grande Premio Cruzeiro do Sul (G1), ambos sobre 2400 metros y en el césped de Gávea
RÍO DE JANEIRO, Brasil (Especial para Turf Diario).- Con las victorias de Olivia do Iguassú y Sugar Daddy las triples coronas cariocas para potrancas y potrillos terminaron con ganadores distintos en cada uno de sus pasos. La hija de Lord Marcos respondió a lo esperado y se quedó con el Grande Premio Zelia Gonzaga Peixoto de Castro - Araras Blood & Power (G1-2400 m), mientras que el vástago de Wild Event hizo suyo el Grande Premio Cruzeiro do Sul - Araras Blood & Power (G1-2400 m), decorando una tarde de domingo de elevada calidad en el Hipódromo da Gávea de esta ciudad.
La reservada del Haras Río Iguassu completó su ascenso al máximo plano con una victoria sólida, postergando por 1 cuerpo a High Wire (Agnes Gold), con Justice Girl (Agnes Gold) y Chave Mestre (Agnes Gold) cerrando la cuatrifecta tras 2m28s140 en cancha liviana. Valdeinei Gil mostró toda su habilidad en las riendas de la zaina, que es preparada por Antonio Oldini, en una campaña que en los últimos meses fue realmente sobresaliente.
Entre los machos, en tanto, todo fue para Sugar Daddy, cómodo vencedor por 1 3/4 cuerpo de Don Cambay (Goldikovic), dando un salto de calidad tras quedarse con la Prova Especial Waldmeister y en el que fue su tercer intento en los G1, después de fallar durante 2021 en los grandes premios Joao Adhemar de Almeida Prado y Linneo de Paula Machado. A 1 largo, el gran favorito Online (Agnes Gold) ocupó la tercera colocación, rindiendo bastante menos de lo esperado tras haber vencido hace un mes en la segunda escala de las coronas.
Claudinei Farías fue el encargado de conducir al defensor del Haras Doce Vale, que revista a las órdenes del fenomenal Venancio Nahid, que ahora puede jactarse de jaber haber ganado en 5 ocasiones el Derby Carioca.
Las triples coronas cariocas se cerraron con vencedores diferentes en cada uno de sus seis pases, dato que habla claramente -más allá de algunas ausencias- de un año de rendimientos desparejos entre los potrillos y potrancas, que seguramente buscarán consolidar su andar en los meses por venir.
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