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Pablo Sahagián y el éxito de transformar a Napa Valley en ganador de G1

Foto del escritor: Turf DiarioTurf Diario

El entrenador recibió hace unos meses al hijo de Il Campione, ahora ganador del Gran Premio Palermo (G1): "Cambiamos algunas cositas, pero casi nada", admite el profesional

Por Simón Mitagstein

Cuando un caballo con condiciones cambia de preparador, suele ser un fierro caliente. Puede salir bien, pero también está la opción de que el método del profesional que lo recibe no le juegue a favor y el resultado no sea el esperado.

En el caso de Napa Valley, por suerte, se dio la primera de aquellas opciones, levantando considerablemente su nivel hasta transformarse ahora en uno de los grandes referentes de la milla a nivel nacional, tras su victoria del sábado último en el Gran Premio Palermo (G1), parte de la gran jornada del Nacional (G1).

Pablo Sahagián fue el encargado de darle una segunda y mejor campaña al hijo de Il Campione criado por el Stud RDI, que llegó a su stud como titular de una victoria y ahora cuenta 4. Perdió en el debut, llegando cuarto, luego sumó dos triunfos, un tercero en el Gran Premio San Isidro (G1) y ahora tocó el cielo con las patas.

El querido Turco cuenta sobre Napa Valley y este salto a los primeros planos: "Cuando me llegó no hubo mucho que cambiar en su preparación; retocamos algunas cositas, pero tampoco es que le dimos un vuelco grande. Los resultados son bárbaros, vino como ganador de una y ahora es G1", cuenta, con la voz todavía afectada de los gritos que le sacó el zaino en el derecho.

Luego, agrega: "La verdad es que estoy disfrutando mucho este triunfo, porque se nos estaba negando en las grandes carreras. En su última actuación, no tuvimos suerte, pero lo sabemos que es un caballo muy corredor y ahora hizo todo bien, respondió a lo que trabaja y al concepto que le tenemos".

Se le pide un análisis del Palermo, y el preparador responde: "La carrera era brava, estaban los mejores milleros, y les ganó con solvencia. Del desarrollo puedo decir poco, porque no lo veía en el desarrollo y le pregunte a mi patrón donde veníamos; ando con algunos problemas en la vista, el sol me encandila (aclara). Recién lo encontré cuando entró al derecho y sacó afuera, me entusiasmé porque sé qué de los 400 metros a la raya hay que aguantarlo... atropella fuerte. Ahí fue que vi que ganaba".

Sahagián hace años es protagonista grande, y cada vez que tuvo la suerte de cruzarse con un ejemplar destacado, supo llevarlo alto. "Estoy muy contento, estas son las carreras que siempre uno quiere ganar, además que este año se nos venía negando. Ganamos el Distaff (G1) de las Estrellas con Hawaiian Love (Hurricane Cat) y después la yegua tuvo un problema y no pudo correr más, y eso fue un bajón. Pero ahora con Napa Valley volvemos a tener la oportunidad de destacarnos en los G1 junto con mi equipo. También me alegro por los propietarios, que compraron el caballo para divertirse y mirá ahora donde llegaron: se dieron el gusto de ganar una carrera de máximo nivel".

Sobre el futuro del caballo, el entrenador ya tiene el plan a seguir: "Creo que va para más y la idea, si Dios quiere y sigue bien, es ir por el Gran Premio Joaquín S. de Anchorena, para después pensar en el Gran Premio Miguel A. Martínez de Hoz, sobre 2000 metros. La distancia entre una carrera y la otra me va a dar tiempo para tenderlo, porque creo que la distancia no va a ser un obstáculo".

En el final de la entrevista, feliz, satisfecho, Pablo Sahagían no quiere olvidarse de la persona que lo empujó a llegar a la profesión en la que hoy sobresale, y que fue su maestro: "Tampoco puedo dejar de darle las gracias a Roberto Pellegatta, mi guía, porque si estoy aquí es por lo que él me enseñó y nunca lo voy a olvidar. Es un grande de verdad".

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