A sus 6 años, el hijo de Fortify doblegó por apenas la cabeza a Treasure Island para llevarse el Clásico Comparación (G2)
Pepe Joy, un verdadero "laburante" del turf argentino, festejó como nunca antes en el domingo del Hipódromo Argentino de Palermo, quedándose con una versión emocionante del Clásico Comparación (G2-2400 m, césped normal), segundo paso del Campeonato de Oro Verde, y donde tapó prácticamente sobre el disco a Treasure Island (Treasure Beach), al que su ya conocida garra esta vez no le alcanzó.
Después de integrar la cuatrifecta en 10 cruces de grado de los más importantes del calendario, amén de su victoria de octubre último en el Clásico Organización Sudamericana del Sangre Pura de Carrera (G3) de La Plata, de correr casi todas las grandes carreras, el hijo de Fortify se rehabilitó después de un tímido quinto en el Gran Premio Estrellas Classic (G1).
Bastante más cerca en el desarrollo respecto de lo que venía viéndoselo, mientras Pay the Man (Treasure Beach) corría adelante perseguido por Treasure Island, Pepe Joy sólo abandonó la parte interna en el derecho para cargar de los 300 metros al disco.
Ya con Treasure Island dominando al favorito, Juan Cruz Villagra apretó el acelerador a fondo y el zaino del Stud El Chuchy respondió en gran forma, alcanzando y dominando, abriendo apenas una cabeza de diferencia en un tiempo de 2m27s18/100. A 5 cuerpos, Camus Superior (Vástago Salvaje) quedó tercero, delante de Hulsman (Portal del Alto) y Pay the Man, que se cansó.
Lejos, séptimo y anteúltimo a casi 20 cuerpos, la gran decepción corrió por cuenta de Mikonos Beach (Treasure Beach), que venía de imponerse en el Clásico Chacabuco (G2) pero que aquí pasó totalmente desaparcibido.
Gustavo Romero es quien está a cargo de la puesta a punto de Pepe Joy, que fue criado en el Haras La Biznaga y es la primera cría de Penélope Inc (Include), una nieta de la recordada Pecan Pie (Equalize). Ahora en su campaña muestra 5 triunfos en 29 salidas, totaliza 17.776.050 pesos en premios y en su madurez tiene por delante el desafío del Gran Premio San Martín, de G1, un terreno que conoce de memoria.
Comentários