El entrenador llegó a la cima del ránking de triunfos en el Derby argentino, dejando atrás a Juan Lapistoy, que alcanzó 5 victorias
Por Diego H. Mitagstein
Cuando Roberto Pellegatta menciona la palabra suerte después de haber ganado el sexto Gran Premio Nacional (G1) de su trayectoria el cronista lo interrumpe y le pregunta: "¿Le parece Roberto que es suerte?". El cuidador, siempre sabio, explica: "Para ganar estas carreras tenés que llegar al día y a la hora señalada con tu potrillo en una condición ideal, y pare eso se la necesita siempre...".
Con esa sencillez con que relata todo, el fenomenal profesional rodea de humildad la hazaña increíble que acaba de cumplir en la gloriosa arena del Hipódromo Argentino de Palermo, donde Ever Daddy le dio su sexto trofeo en el Derby, resultado que lo sitúa como el entrenador con más victorias en la historia de la prueba, dejando atrás a Juan Lapistoy, con el que compartía "el tope de la estadística" y que supo llevarse la victoria con Seductor (Full Sail, 1946), la yegua Doubtless (Cute Eyes, 1947), Irmak (Seductor, 1962), Forli (Aristophanes, 1966) y Duncan (El Centauro, 1970).
"Nací para esto", suelta Pelle, para luego agregar: "A Ever Daddy lo preparamos por dos meses para el Nacional y con El Kodigo también se hizo un gran trabajo para ponerlo en sus mejores condiciones a pesar de haber corrido la Polla y el Jockey Club. Es difícil lograr un récord como este, pero yo me inicié en las carreras largas y toda la vida. En la recta me ganan bastante, pero en la distancia es diferente".
Rápido Roberto se mete en un análisis que va más allá de su triunfo: "Acá tenemos muchos caballos americanos, que salen fuerte y llegan despacio, y después tenés los europeos, que salen despacio y llegan fuerte. Y aquí hace muchos años que inventamos darles velocidad, que los productos corran antes. Vi el programa de anotaciones de la semana que viene y hay más de 40 productos de 2 años para debutar y de los que no sabremos nada en muy poco tiempo. Tenemos mucha precocidad pero no tenemos fondo, y yo apunto ahí con los productos a los que le veo condiciones".
Se lo consulta cómo se prepara hoy para ir al tiro y explica: "Como lo hice toda la vida, me doy cuenta muy rápido qué caballo puede llegar y qué caballo no. Creo que El Kodigo es más fondista, pero viene corriendo seguido, siendo mediano... Ever Daddy no me parecía tan fondista, pero se hizo la carrera despacio y es un potrillo veloz al que lo tendí y logramos amansarlo; su primera carrera la perdió por correr a todo lo queda. Y usó eso para ganar, su cambio de ritmo, aunque me asombró que en los 500 hayan quedado sólo ellos dos en la definición viniendo tan suave".
Suma Roberto: "Es un caballo sano y eso te ayuda, y Juan Saldivia siempre le tuvo más fe que yo. El temprano me dijo que podíamos ganar el Nacional con Ever Daddy. El día anterior a la carrera le dije a los dueños que no era un gran fondista, pero que estaba vareado y que si se hacía lento la podía ganar con su golpe de velocidad. Y así fue. Es manso y William Pereyra lo llevó bien, tiene buena mano. Uno no correría tan largo en otras condiciones, porque después hay que volver para atrás, pero el Nacional es el Nacional...".
"Ever Daddy hubiera sido un gran sprinter si lo dejábamos en la corta, y tiene un notable origen y eso ayuda. La familia de la E te da mucha clase y en la distancia se lucen. Y se fua haciendo, madurando, se amansó", agrega el preparador.
Es inevitable hablar de futuro y sobre una posible participación en el Gran Premio Carlos Pellegrini, finaliza: "El caballo no tiene otra carrera por delante. Está descansado y si bien no hablamos con los dueños, creo que lo intentaremos. No hizo un esfuerzo muy grande en el Nacional y quedó fenómeno. Tenés un caballo así y tenés que correr las buenas. El césped no lo conoce, pero le tiene que venir bien, porque es un caballo liviano. Hablaremos con el dueño y decidiremos".
Comments