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Santuario va por el Clásico Ricardo Ortiz de Zevallos, en Monterrico

Foto del escritor: Turf DiarioTurf Diario

Será la última versión como G1 de la trascendental prueba; el hijo de Yoshida viene de ganar la Polla de Potrillos (G2)

Por Néstor Obregón Rossi

LIMA, Perú (Especial para Turf Diario).- Cada año, y en todos los países, la llegada de las coronas ofrece una emoción especial en los aficionados hípicos. Pero particularmente en el Perú, la disputa de la segunda parte de La Ruta llega con una expectativa adicional: Los potrillos y potrancas van a las dos curvas, en carreras separadas, y empezamos a perfilar a aquellos que pueden tener la resistencia suficiente para las carreras de largo aliento, aquellas que mayoritariamente son las más importantes del calendario turfístico.

Este 2024, el Clásico Ricardo Ortiz de Zevallos (G1-2000 m, arena) ofrece algo más: Es la última vez que se programará en la máxima categoría de las carreras mundiales. Ya no será de Grupo 1, por lo menos hasta que vuelva a alcanzar el rating ideal, lo sostenga por un tiempo, y lo meta de nuevo en las más rankeadas pruebas de la hípica.

Y usamos el término rankeado porque importante seguirá siendo y eso no se perderá por su descenso 2 desde el 2025. Nuestra segunda corona, una competencia con más de 100 años de vigencia, no se limita solo a una calificación.

La clase 2024

La edición de este año muestra a siete competidores, todos -y aquí nunca mejor puesta la frase- con posibilidades a la victoria.

Santuario (USA-Yoshida) es el favorito de la carrera con justificadas razones para serlo. No solo fue el ganador de la Polla de Potrillos (G2-1600 m) en forma clara, sino que dio pasos agigantados en su crecimiento, dando las ventajas de todavía ser un potrillo de dos años y que está aprendiendo a correr.

Pero Santuario ha ido compensando esa falta de experiencia con un profesionalismo digno de un caballo maduro. Aprendió a facilitar el trabajo a su jockey y dejó la impresión que a medida se vayan alargando las distancias se terminará de consolidar como figura importante.

Sin embargo, su victoria en la primera corona dejó una duda: El desarrollo. Aquella tarde, Santuario tomó la delantera y no tuvo una presión intensa de sus enemigos, permitiéndole manejar el tren a su medida.

Ahora, subir a los 2000 metros, donde el ritmo de la carrera será diferente y frente a un par de rivales con la capacidad de hacerle frente desde el arranque, son duros desafíos que deberá asumir el importado defensor del Stud Myrna.

Precisamente ese par de enemigos veloces aparecen como adversarios directos: South Omar (Southdale) y el argentino Padre Roberto (Hurricane Cat). El primero es el hermano de Nuremberg, que tuvo una reaparición exitosa ganando sobre 1800 metros por 4 1/2 cuerpos de ventaja; y el segundo es el tordillo argentino que debutó ganando casi de punta a punta y por 6 cuerpos en una prueba de 1300 metros. Aunque sube de distancia, es el que podría asumir el papel de puntero de la segunda corona del turf peruano.

Con ellos están el también argentino Millennial Boy (Endorsement) y Magic Power (Power World), que fueron segundo y tercero de Santuario en la primera corona y ahora buscan revancha.

Tal vez con este último haya un poco más de expectativa, pues en su anterior no le quedó otra alternativa que salir a buscar a Santuario tempranamente, ya que no tuvo quien pudiera hacerlo por él. 

Ahora, el desarrollo podría jugarle un poco más a favor, de ahí que su nombre aparezca como el del más cercano rival que tenga el candidato Santuario. Si a eso le sumamos que ya le ganó por 9 1/2 cuerpos en la carrera previa a la Polla, es lógico pensar que la revancha está muy bien planteada.

Gran Embassy (Editorial) es el otro al que tampoco sería prudente descartar del todo. Aunque en la Polla de Potrillos (G2) no avanzó como se esperaba en la recta final, antes quedó segundo de Santuario sobre la milla y la llegada a los 2.000 metros le podrían caer perfecto.

El lote lo completa Mikoyan (USA-Klimt), otro dosañero importado que no conoce todavía los halagos del triunfo, pero que prácticamente no ha bajado del tercer puesto, salvo su penúltima, cuando quedó octavo, alejado de Santuario en la Polla de Potrillos, pero partiendo mal. Aunque asoma como el outsider, en estas carreras nada está dicho.

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