Tras un desarrollo a puro vértigo, el campeón resistió y sacó adelante su victoria en el Clásico Perú (G2), de regreso a Palermo
Lo que hizo Subsanador en el Clásico Perú (G2-1800 m, arena) no fue de caballo normal. Cualquiera con el desarrollo que tuvo el campeón hubiera perdido, pero el alazán tiene una clase diferente, mucho más, corriendo en la arena del Hipódromo Argentino de Palermo.
Impactante fue el ajustado triunfo del gran favorito sobre Anish (Tonalist), por lo que hizo los primeros 1500 metros, y por la valentía y el corazón que expuso en los 300 finales, cuando el cielo se nublo y parecía camino a una derrota inexorable.
Dentro de un trámite poco prudente, el hijo de Fortify persiguió al osado Western Camp (Orpen) durante el primer tramo, y cuando antes de llegar a la curva le quitó la delantera, rápido tuvo a su derecha a un Lawson (Le Blues) que se jugó todo en el mano a mano. Tras un parcial inicial de 22s43/100, los 800 quedaron atrás en 44s47/100, para transitar los 1200 en 1m8s43/100.
En la recta, Subsnador mandó a Lawson al hospital -terminaría sexto a 10 cuerpos- se pegó a los palos y sacó ventajas, aunque todos sabían que por delante estaba lo más difícil. Francisco Leandro le dio un pequeño resuello y cuando por el centro de la cancha surgieron amenazantes Anish y Easy Way Out (Il Campione), comenzó el momento de defender el primer lugar a capa y espada.
Fue de 1m33s21/100 el tiempo que demoró Subsanador en recorrer la primera milla, y las últimas dos cuadras las recorrió con su jockey exigiéndolo al máximo y sacando a relucir su clase de campeón, de caballo bueno. Así, levantó una pared con la que pudo llegar al disco sano y salvo, con cabeza y 3/4 de cuerpo sobre Anish y Easy Way Out y tras excelentes 1m46s3/100.
Cualquiera hubiera perdido, pero no Subsanador, al que Nicolás Martín Ferro mantiene en gran forma y que en el Perú dio un paso adelante en muchos sentidos, más allá de haber sacado adelante la batalla. Logró por primera vez ganar más allá de la milla, ratificó su preferencia por la cancha de tierra y hace soñar con que los 2000 metros no serán un imposible, pues a su velocidad de siempre le agrega ahora garra y resistencia. Los campeones son así, distintos...
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