Completando un buen doblete jerárquico para el entrenador Marcelo Sueldo y el jockey William Pereyra, se llevó el Handicap Pronto
Otra vez el entrenador Marcelo Sueldo -representado por Emiliano Juárez- y el jockey William Pereyra se unieron para conseguir un éxito importante, y, como extra, nuevamente con un hijo de Greenspring criado en el Haras Vikeda. El jueves habían levantado juntos la copa del Clásico Otoño (G2) en Palermo con el notable Malibú Spring, y este viernes, en San Isidro, el nexo fue Tío Boy, que hizo galope largo en el Handicap Pronto (1600 m, arena normal), la prueba más importante de una reunión floja.
El show de las coincidencias tiene otra arista para analizar, y es que tanto el alazán como el zaino vivieron de ausencia en ausencia, pero el preparador pudo recuperarlos. Claro está que Tío Boy no alcanza el nivel de su "casi socio", tanto como que su calidad nunca estuvo en discusión. De potrillo ganó en La Plata el Clásico Agustín B. Gambier (G3), pero después estuvo casi un año sin correr. Volvió, cruzó adelante y volvió a salir de escena, en una situación que se repitió un par de veces más.
El diciembre se llevó el Clásico Oswaldo Aranha (L), otra vez en el Bosque, donde sólo pudo regresar hace un mes para volver a cruzar primero el disco, ahora en el Especial Haras La Esperanza. Es una alegría verlo competir dos veces seguida, con sus 5 años, buscando recuperar el tiempo perdido.
Cargando 58 1/2 kilos, Tío Boy dio fácil cuenta de Curioso Master (Mascraftsman, 60 1/2) en el derecho para terminar venciéndolo por 5 cómodos cuerpos y en una marca de 1m35s26/100, sin echar el resto. A medio pescuezo, Equal Prince (Equal Stripes, 54) completó la trifecta delante de Roman Pleasure (Roman Ruler, 60) y del favorito The Richmond (Horse Greeley, 60), que corrió poco.
Defensor de la caballeriza El Ciclón, ahora dueño de seis primeros puestos en 10 salidas, Tío Boy mostró su vigencia, que está sano y listo para tomar un protagonismo mayor. Nuevamente hay que reconocer el trabajo puertas adentro encabezado por Marcelo Sueldo, recuperando un caballo de clase, dándole tiempo y sin desesperarse. No es fácil.
Comments