Reprisando luego de 215 días, el hijo de Greenspring se quedó con la victoria por 5 cuerpos, en un notable trabajo del entrenador Marcelo Sueldo y con el jockey Gonzalo Borda en sus riendas
Por Diego H. Mitagstein
LA PLATA.- Enredado en muchas desprolijidades, poniendo fin a una semana que incluyó la suspensión de una reunión ante el atraso en el pago de los premios, el Gran Premio Dardo Rocha (G1-2400 m, arena normal), la carrera más importante de cada temporada en el Bosque, aportó su tradicional oasis de alegría en el hipódromo de esta ciudad para volver a mostrar su poder de convocatoria y porqué se lo considerada una de las fiestas supremas del turf nacional.
Fuera de su fecha tradicional, el 19 de noviembre (cuando se realizó el balotaje electoral), muchísima gente le dio un marco excelente al trofeo más preciado de todos en la sacrificada hípica platense, ese que esta vez se llevó Tío Boy, aportando su talento de siempre al formidable trabajo que realizó todo el equipo del cuidador Marcelo Sueldo en su puesta a punto, y a la mano de Gonzalo Borda, el jockey que apareció hace muy poquito en los programas y que está llamado a cosas grandes.
Caballo difícil, con un vaso que siempre lo tiene "ahí", el zaino del Stud El Ciclón concretó una verdadera hazaña, llevándose el Rocha reprisando tras 215 días con una solvencia destacable y ante un grupo numeroso de rivales, que si bien no era Clase A, sí era complicado.
A sus 6 años, otro hijo de Greenspring criado por el Haras Vikeda se luce con Sueldo y Borda, como no hace mucho tiempo sucedió con el campeón Malibú Spring. Había ganado 8 de 14 Tío Boy antes del Rocha, un récord contundente sobre su poderío, desde aquellos tiempos de potrillo cuando en esta misma cancha se llevaba a los 2 años el Clásico Agustín B. Gambier (G3) o hasta su despedida, el 1 de mayo último, llegando segundo del crack Miriñaque (Hurricane Cat) en el Gran Premio República Argentina (G1) de Palermo.
Tras esa carrera estuvo 4 meses parado el zaino, para luego comenzar su preparación hacia el Rocha, con la idea de reprisar antes, pero que no se llegó a concretar porque los tiempos no daban, según comentaría el propio Sueldo una vez que el sueño ya era realidad.
Pero, una vez más, un caballo bueno lo superó todo, esperando cerca del puntero Lagarto Boy (Suggestive Boy) sin regalar un metro corriendo junto a los palos, responsabilidad absoluta de Gonzalo Borda, y dándolo todo desde la parte final de la curva, cuando pasó al frente, para en el derecho ejercer un dominio terminante sobre sus rivales.
La sanidad con que llegó al Rocha se notó en cada una de sus brazadas, esas que luego le permitirían sacarle 5 cuerpos en el disco al potrillo Sofware (Treasure Beach), de gran labor y que tiene en su entrenamiento a Emiliano D. Juárez, que a la vez es el herrero de Sueldo y del propio Tío Boy, en el que trabajó mucho y a conciencia para también, de alguna manera, festejar.
Lagarto Boy, que había sido segundo hace 12 meses en esta misma carrera, ahora terminó tercero al anca del escolta, corriendo valiente y muy bien, tras una previa en la que estuvo nervioso con ganas. A medio largo, en tanto, Billion (Galicado) era cuarto, mientras los favoritos Kodiak Boy (Treasure Beach) y Meant to Be (Fortify) eran noveno y undécimo, respectivamente.
En 2m29s64/100 Tío Boy, que era un cuadro en la redonda previa, brilló como nunca antes lo había hecho, con el respaldo de una yunta fuerte como la de Sueldo y Borda pero, principalmente, por esa calidad que siempre fue bandera en su campaña; con su corazón de caballo bueno.
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