En su reprise, estrenó de la mejor forma su bicampeonato como Mejor Velocista, volvió a la victoria y derrotó claramente a Arellano
Labrado, el gran Labrado, no encontró mejor forma que estrenar su bicampeonato como Mejor Velocista con una victoria fantástica en el Gran Premio Ciudad de Buenos Aires (G1-1000 m, arena), y que sirvió para curar varias heridas a la vez. Todas esas sensaciones contenidas explotaron en el festejo de Wilson Moreyra cuando el zaino alcanzó prácticamente sobre el disco a El Fruto (Il Campione) para llevarse el mejor de los resultados. El jockey, quizás se pasó, pero ¿cómo contenerse?
Fue la revancha de aquella dolorosa derrota de hace un año ante la crack uruguaya Girona Fever (Texas Fever) en esta misma competencia; el volver a las fotos con un caballo de aptitudes formidables después de un par de derrotas en las que se lo había visto deslucido; y también destronar al líder del momento, Arellano (Angiolo), intrascendente esta vez para terminar sólo séptimo.
El paquete completo tuvo la actuación de Labrado, cuya aceleración asombró y arrancó gritos de última hora, pues a 300 metros del disco daba la impresión de que le iba a ser muy difícil conseguir el objetivo mientras El Fruto iba dando cuenta del valiente Marshall Patrol (Violence).
Sin embargo, cuando Moreyra le pidió el esfuerzo final, el cambio de ritmo del hijo de Le Blues fue impresionante, empezó a descontar y pilló justo a El Fruto, la gran revelación del Ciudad, para superarlo por medio cuerpo, con Marshall Patrol en tercero a idéntico margen y sorteando una muy larga reprise.
La mano de Angel Bonetto volvió a jugar fuerte con el sprinter. Primero, ante la decisión de darle un descanso tras su tercero del propio Arellano en el Unzué (G1) de diciembre; y luego para devolverlo a una forma plena y que le permitiera volver al sitial que por peso específico merece.
Los 54s57/100 que le tomaron a Labrado ganar ya muy tarde en la noche porteña -y claramente ante mucho menos público del que lo hubiera seguido de haberse disputaro más temprano, aunque, claro, no fue poco- serán apenas una anécdota. Ahora son 10 victorias en 14 salidas para el zaino criado por El Paraíso, 5 de G1, y le queda sólo conquistar el Unzué para alzarse con el Grand Slam de la corta.
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