Brillante en las pistas, consagrado dando apenas sus primeros pasos en la reproducción, se lució con sus hijos en los Estados Unidos
LEXINGTON, Kentucky (Especial para Turf Diario).- El mercado de los padrillos es difícil en cualquier parte del mundo, y mantener vigencia nunca es fácil, mucho menos cuando se tiene una aparición tan fulgurante como sucedió con Gun Runner. Pero el crack que trabaja en Three Chimneys Farms parece no tener problemas para estar permanente en los titulares, confirmando se el gran heredero (hay otros, claro) del legado del crack argentino Candy Ride (Ride the Rails).
Brillante en las pistas, consagrándose como Caballo del Año, el alazán tuvo una semana formidable, para poner en un cuadrito, y que a nada estuvo de ser todavía mejor. Sólo el sábado en Saratoga, su hijo Gunite fue una máquina para darse el gusto de bajarle el copete a Elite Power (Curlin), el Campeón Velocista reinante, y superarlo por 1 3/4 cuerpo en el Forego Stakes (G1-1400 m, arena pesada, US$ 485.000 de bolsa, con la posibilidad ahora de optar por el Breeders' Cup Dirt Mile (G1) o el Breeders' Cup Sprint (G1), a futuro; mientras que su hija Echo Zulu, Campeón 2 Años Hembra de su generación en el norte, se quedaba con el Ballerina Handicap (G1-1400 m, arena pesada), en el duelo de fenómenas, pues por 2 1/2 largos superó Goodnight Olive (Ghostzapper), Campeón Yegua Velocista de 2022 y última titular del Breeders' Cup Filly & Mare Sprint (G1), la carrera a la que ambas ya miran de reojo.
Pudo haber sido todavía mejor el sábado en Saratoga para Gun Runner, cuya cría Disarm quedó a sólo 1 cuerpo de Arcangelo (Arrogate) en el Travers Stakes (G1-2000 m, arena, US$ 1.250.000), en una derrota que lo posicionó entre los mejores 3 años y lo dejó a las puertas del Breeders' Cup Classic (G1).
Como para apoyar su gran semana, Gun Runner llegó a los 21 ganadores clásicos por total -15 de grado- después de que Il Miracolo se impusiera en el Smarty Jones Stakes (G3) y de que Vahva se luciera en el Charles Town Oaks (G3).
Para Gun Runner mostrar su generosidad en el más alto nivel del turf de los Estados Unidos parece cosa fácil, y no hace falta aclarar que, por el contrario, se sabe las complicaciones que tiene conseguirlo. Pero el alazán es diferente...
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