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Vareadores reclamó lo que muchos no y se suspendió la reunión del sábado

Foto del escritor: Turf DiarioTurf Diario

Ante un pedido por cobrar comisiones con más de 2 meses de atraso, el turf volvió a perder; el requerimiento justo de uno de los sectores más humildes no es culpable de la mala praxis dirigencial nacional

Por Diego H. Mitagstein

Otra vez una reunión se suspendió por un pedido de pago de premios atrasados, como ya pasó tantas veces en los últimos años. Otra vez los propietarios enfrentaron costos irrecuperables para volverse a casa sin correr. Otra vez el público fue preso de la mala praxis dirigencial; como si sobrara, al poco que queda tratamos como sea de echarlo.

Sería muy fácil caerle a los vareadores que con su reclamo imposibilitaron se corriera el sábado en el Hipódromo de San Isidro, pero ¿cómo no apoyar el querer cobrar en tiempo y forma sus comisiones? La base de la pirámide turfística, los que menos ganan y menos tienen, llevan 80 días de atraso en hacerse del dinero que ganaron con su trabajo, y no lo usan precisamente para irse de vacaciones a Punta del Este. Peones, vareadores, capataces, serenos, comen con lo que les llega vía comisión y esta vez hicieron lo que otras asociaciones como Propietarios, Criadores o Profesionales no: pedir lo que les corresponde. 

Ya sabemos que las asociaciones en nuestro país no existen, que no se ocupan de lo que correspondería defender porque están llenas de compromisos y, algunas, de algo más. Del posible paro se hablaba desde el viernes, y lo sabíamos todos. Sin embargo, nuevamente se especuló desde la dirigencia con que todo se solucionaría; y otra vez nada se solucionó.

La historia es muy sencilla y no da para más: si los hipódromos llaman carreras, en las que se apuesta y ellos recaudan (dinero contante y sonante...), los premios tienen que pagarse en tiempo y forma. Si Lotería no manda el dinero que corresponde por el fondo de reparación, no es un problema de los actores; pasaron más de 20 años desde la aplicación de la ayuda financiera y nunca se pensó en hacer una caja y con ella abonar en término.

San Isidro (La Plata hace años casi que no lo usa, y todos se callan la boca...) recibe mucho de ese fondo para gastos propios y que no se destinan a premios, con 3, 4 ó 5 meses de trabajo fino quizás estaría la posibilidad de pagar de allí. Es una opción.

Pero volvemos a lo mismo: cómo se hace San Isidro de la plata para pagar los premios, no es un tema de quienes compiten. Ya no se puede apelar al tan usado: Lotería no manda el dinero. En un país lógico, eso jamás podría ser una excusa para el incumplimiento. En Argentina, con inflaciones galopantes de por medio, mucho menos.

Lotería es un caso patético. Cuando las épocas de elecciones, se recurre al turf para captar votos prometiendo el oro y el moro, interesarse por la actividad, darle el lugar que merece y le corresponde. A la hora de la verdad, son todas mentiras de ocasión, y lo más graves que aquellos quienes representan al sector caen cada vez, posando para las fotos sonrientes, aún sabiendo de qué irá a pasar.

Hoy le toca a Gonzalo Atanasoff el lugar de poner la cara desde Lotería, como antes le tocó a tantos otros, repitiendo el sistema, pero con el resultado de siempre: los billetes llegan de tanto en tanto y ante este tipo de crisis se apela a alguna partida extra para "solucionarlo".

En unos meses volveremos a estar hablando de este tema, y se buscará exponer otra vez a quienes reclaman por lo suyo como responsables de situaciones tan penosas como la suspensión de una reunión que, no está de más decirlo, ocasiona pérdidas gigantes, irrecuperables en una economía tan restringida como la del turf.

El círculo vicioso es contagioso, pues ante estos atrasos realmente insostenibles de los hipódromos de la Provincia de Buenos Aires, Palermo aprovecha para también dejar de pagar en término: la excusa más conocida es la del retraso en la entrega de los exámenes por parte del oxidado CENARD. Pero todos sabemos que es puro cuento.

Volviendo: el hipódromo hace carreras, el hipódromo paga. De donde llega o saca la plata, es su problema. Ya bastante magros son los premios como para encima perder tanto en el medio por el peso de la economía del país.

Aquello de que la culpa no es del chancho, cae de perillas para la ocasión. No busquemos culpables afuera, porque es toda nuestra. De los que no reclaman por compromisos, de la pasividad e ir al bombo de muchos protagonistas que declaman a viva voz los problemas, pero que esconden la cabeza cuando hay que pelear. Y principalmente de una dirigencia que se apoya en el fondo o en otras cuestiones externas para justificarlo todo desde un pedestal como el de los hipódromos, que mandan y hacen a su gusto aquí, como no sucede en ningún país serio hípicamente hablando. Donde las cosas andan bien, son parte de un esquema en el que las decisiones son conjuntas, charladas, con profesionales destinados a cada sector. En esos lugares "remotos" (Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Irlanda, Australia, Japón, etc.) existe algo superior con cargos ocupados no por conveniencia o favor que velan y trabajan por un mejor futuro para el deporte. En Argentina y en Sudamérica mayormente no pasa, y así estamos. Que se corra no quiere decir que todo ande fenómeno.

Aquí, no tenemos juego online cuando en el mundo es viejísimo, pagamos premios en dólares que son una risa y encima con más de 2 meses de demora. Y le queremos echar la culpa a los vareadores de que reclamen por lo que les corresponde por derecho. El turf argentino está en una crisis eterna, dirigencial y total. Pero nada se solucionará si los métodos para intentarlo son los mismos de siempre. O se empieza a trabajar en serio y en conjunto o la extinción será lenta e irremediable. Aunque muchos se crean que están en la panacea.

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