Hijo del crack Gun Runner, superó claramente a Epicenter en la versión 147 de la segunda escala de la Triple Corona estadounidense, en Pimlico

BALTIMORE, Pimlico (Especial para Turf Diario).- Seth Klarman creció a sólo 3 cuadras de Pimlico, en un barrio de Baltimore donde se respiraba turf. De grande desarrolló su pasión por el caballo de carrera y en 2017 cumplió un sueño cuando con Cloud Computing (Maclean’s Music) ganó el Preakness Stakes (G1) en la pista del hipódromo donde siempre andaba dando vueltas de niño.

Aquella vez había dicho que su potrillo era uno de esos que se disfrutaban una vez en la vida, pero el destino le tenía preparado un giro inolvidable este sábado, cuando, en el día de su cumpleaños, Early Voting le permitió volver a disfrutar aquella imagen fantástica de Cloud Computing y que creía que iba a ser muy difícil se repitiera. Otra vez en sociedad con Chad Brown y José Ortiz, los colores del Klaravich Stables Inc volvieron a pintarse en la veleta de Pimlico, para brillar allí arriba por el próximo año.

Brown y Klarman repitieron la jugada y dejaron pasar el Kentucky Derby apostando llegar a la segunda etapa de la Triple Corona con un potrillo fresco, y volvió a salir bien. Porque Early Voting, que había mostrado todo su talento cuando perdió el Wood Memorial (G2) en el disco ante Mo Donegal (Uncle Mo), siguió madurando, llegó con los 10 puntos y relegó con contundencia al favorito Epicenter (Not This Time) que, como en Churchill Downs, quedó a las puertas de la gloria.

Y aquí habrá que hacer un punto importantísimo para el turf argentino y sudamericano, pues en el pedigree de los dos primeros del Preakness luce el nombre del crack Candy Ride, que dio a Gun Runner y a Silent Candy, aquél padre del vencedor y esta última madre del escolta.

Pero allí no termina la historia, pues por segunda temporada seguida un nieto paterno del hijo del viento se queda con la gloria en Pimlico, tal como lo había hecho en 2021 Rombauer, cuyo padre es Twirling Candy, otro de los grandes continuadores de la genética del invicto.

Early Voting largó bárbaro, pero José Ortíz prefirió ahorrarle energías y dejar que el outsider Armagnac (Quality Road) se desgastara adelante, más allá de que el reloj no marcara parciales demasiado firmes. Joel Rosario eligió dejar anteúltimo junto a los palos a Epicenter y Luis Sáez cerró la marcha durante la mayor parte del recorrido con Secret Oath (Arrogate), la potranca que iba por la hazaña.

Tras parciales iniciales de 24s32/100 y 47s44/100 para los 400 y 800 metros, la decisión de Ortíz fue la más sabia, y ya se veía que descontar desde atrás iba a ser difícil. Así, en la curva final, Early Voting fue hacia adelante, pisó el derecho con claras ventajas y selló su gran victoria con un remate potente, echándose hacia adentro para “amedrentar” a un Epicenter que descontó, pero no lo suficiente. Hubo 1 1/4 cuerpo de diferencia en la meta entre ambos, con el tordillo Creative Minister (Creative Cause) llegando tercero a 2 1/4 largos más, tras haber pagado el suplemento de 150.000 dólares para correr.

En apenas su cuarta actuación, Early Voting se convirtió en “Classic Winner” y da la sensación de que su historia recién comienza. Klarman dejó en claro que es difícil que ahora vaya a correr el Belmont Stakes (G1), cierre de las coronas, y su regreso se de en los grandes turnos de verano, como el Haskell (G1) o el Travers (G1), pensando en cerrar el año con el Breeders’ Cup Classic (G1).

Pasó la versión 147 del Preakness Stakes con un triunfo sólido de un potrillo con futuro, y otra vez con Candy Ride como protagonista desde la parte genética. Un orgullo para esta parte del mundo.