La hija de Manipulator que crió el Haras La Pasión hizo pesar su velocidad inicial y ya nunca se detuvo para brillar en Palermo

Pura Bellota fue la primera yegua en ganar un clásico tras el corte eterno por la pandemia, y ahora es también de las últimas en hacerlo antes de que termine el año en que vivimos en peligro. Allá por fines de agosto, cuando volvió el turf, se llevó el México (G3), y este lunes se reencontró con el disco alzándose con el General Alvear (L-1000 m, arena), la prueba más importante de una reunión bien entretenida en el Argentino de Palermo y que también incluyó los dos últimos turnos del Encuentro Provincial (1000 m, arena), que se comentan por separado en esta misma edición.

Fiel a su costumbre, la hija de Manipulator sacó provecho de su velocidad inicial para marcar el ritmo de la carrera, manteniéndose firme de los 200 metros al disco, la parte donde generalmente afloja un poco. Cuando hay un ejemplar de sus características suele poner a sus rivales en un conflicto: salir a pelearla para cansarla o esperar que se canse sola. Pues bien, el primero de esos planes puede tener éxito, pero a la vez repercutir en el rendimiento propio; el segundo, en tanto, conlleva que el esperar del resto permita a un puntero ahorrar energías que lo dejen llegar; fue esto último lo que sucedió en el Alvear.

En un momento óptimo, William Pereyra largó por “abajo de las puertas” con Pura Bellota, que rápido se afirmó con un par de cuerpos al frente mientras las otras cinco participantes la vigilaban en parecida línea. Ya por los 500 empezaron a observarse las señales de que costaría alcanzarla. Pereyra no exigía de firme y el resto de los jinetes comenzaban a amacarse, sin lograr descontar.

Así, Pura Bellota se afirmó y remató con facilidad, llegando al disco con 2 1/2 cuerpos de ventaja sobre La Barbra (Grand Reward), que perdió su invicto en su bautismo clásico, pero corriendo bien; detrás, a medio cuerpo, medio cuerpo y hocico, se encolumnaron la potranca Mascota Virtual (Sidney’s Candy), la favorita La Hilary (Grand Reward) y Kiss With Style (South Kissing), con Arabian Will (E Dubai) lejos cerrando la marcha, desconocida. El tiempo de 56s98/100 fue de los mejores de la tarde.

Al cuidado de Martín Garrido y defendiendo los colores del Stud Aliru, de Río Cuarto, Córdoba, Pura Bellota fue criada en el Haras La Pasión, que redondeó un lucido triplete al cabo de la tarde. La madre de la ganadora es Rubia Pop (Candy Stripes), una de las fundadoras de aquella cabaña y que antes había producido al placé de grupo Pop Gun (Editor’s Note).

Rubia Pop remite a una de las más exitosas familias del Haras Las Ortigas. Hermana materna del G1 y padrillo Pier Seventeen (Ringaro), y de los placé clásicos Purpose (Ride the Rails) y Power Point (Ride the Rails), muestra en su pedigrees nombres bien corredores como los de Premier Role (Mat Boy), que ganara el Clásico Martínez (G2) y luego produjera bien en Uruguay, o el del icónico Pretencioso (Utópico), que se impuso en el Nacional (G1) de 1980. El excelente millero Peñón (Lefty) también aparece en la genética de Pura Bellota.