Con Martin Dwyer brillante en sus riendas, el hijo de Harbour Watch revirtió un final de derrota ante Al Aasy en Epsom

EPSOM DOWNS, Inglaterra (Especial para Turf Diario).- Un año después de haber terminado sólo undécimo de Serpentine (Galileo) en el Epsom Derby (G1), Pyledriver regresó a Epsom para darle a su campaña el toque de G1. Tras un final apasionante, mostrando garra y con un Martin Dwyer brillante en sus riendas, Pyledriver impuso su experiencia para llevarse la preciada copa del Coral Coronation Cup, corrido sobre 2420 metros en el césped de bueno a blando.

Antes ganador del King Edward VII Stakes (G2) en Royal Ascot y del Great Voltigeur Stakes (G2) en York, el hijo de Harbour Watch (gran doblete de grado en ambos lados del Atlántico para el padrillo…) y La Pyle (Le Havre) fue un monumento al corazon en esos 200 metros finales donde luchó mano a mano con Al Aasy (Sea the Stars), cuando por varios instantes pareció vencido. Pero Pyledriver nunca se entregó, peleó, respondió al rigor de Dwyer y terminó retomando la primera posición prácticamente sobre el disco para cruzarlo con el pescuezo de ventaja sobre su rival.

Lo del jockey fue interesante. Primero lo dejó segundo mientras Highland Chief (Gleneagles) hacía la punta, pero apuró en Tattenham Corner y pasó al frente, como para marcar los tiempos sin depender de nadie. Al Aasy corría último y sólo abandonaría esa posición en el derecho, cuando Pyledriver ya había sacado un par de cuerpos de ventaja. Vino entonces la pelea, la tensión, los gritos y ese cierre digno de una carrera de semejante trascendencia.

“Es grandioso para todos, para el equipo entero, pero en lo personal no puedo describir como me siento. Confieso que hubo tiempos en que odié las carreras, que volvía a casa manejando y maldiciendo, pero por suerte quedaron atrás. Es un gran deporte, en el que uno puede conseguir grandes cosas, pero ha pasado mucho tiempo entre los triunfos grandes para mí y es complicado conseguir caballos tan buenos como este. También es difícil permanecer sobre ellos, con gente criticándote, por lo que agradezco a William Muir, su entrenador, y a sus propietarios”, contó entre revanchas Dwyer, que aquí alzó la copa del Epsom Oaks con Casual Look (Red Ransom) en 2003 y del Epsom Derby con Sir Percy (Mark of Esteem) en 2006.

Para William Muir, preparador del vencedor, fue el primer éxito en un G1, tras más de 30 años de profesión. Todo llega.