Osvaldo Ottaviano disfrutó al máximo del gran triunfo de su caballo en el Ciudad de Buenos Aires

La relación entre Osvaldo Ottaviano y su caballeriza Elsie con el disco vive en un romance permanente. El propietario rápido se encarga en aclarar: “No puedo decir que tengo suerte con los caballos, como algunos amigos siempre me dicen. Creo, que hacemos bien las cosas, desde la compra de un producto y hasta la elección de los entrenadores, por ejemplo. Nunca le hago faltar nada a mis caballos y esto es el fruto de todo eso”, lanza al cronista, visiblemente feliz por el notable éxito de Jack of Hearts en el Gran Premio Ciudad de Buenos Aires (G1).

Los colores de Grand Splendid (Grand Reward), Fauchón (El Corredor), Sixes (Luhuk), Crazy Party (Luhuk) y Prime One Twelve (The Leopard), entre otros, volvieron a flamear bien arriba en el 1 de mayo de Palermo. Osvaldo cuenta lo que sintió al ver a su crédito llegar primero al disco: “Tengo mucha alegría. Esta es la consagración del potrillo, del que antes de que debutar sabíamos que era superior; por fortuna, lo ha demostrado. Tuvo mala suerte en algunas de sus carreras, como cuando pierde en tiempo récord sobre los 1200 del césped de Palermo, cuando se le cayeron las herraduras de las patas. Nos jugábamos  todas las fichas porque Jack of Hearts estaba mejor que nunca”.

La mayoría de los caballos de Elsie son criados en el Haras La Quebrada, y sobre la relación con la cabaña explica: “Desde toda una vida estuve al lado de La Quebrada a la hora de elegir y comprar mis caballos, y ya le dije a Hernán Ceriani que, hasta que le quede el último caballo, no voy a comprar en otro lugar que no sea en La Quebrada. Mi fidelidad, hacia ellos es absoluta”.

Suma a la charla el propietario: “Soy de elegir junto a mis entrenadores a la hora de la selección de los caballos que correrán para Elsie, y tengo que decir que a este caballo lo descubrió Edgardo Mondazzi, con el que cumplí un ciclo y al que quiero muchísimo. Es un amigo de toda la vida, y hemos pasado siete años de triunfos juntos, pero la vida sigue. A este caballo lo eligió él y le estoy profundamente agradecido: este triunfo es para él”.

Confiesa Ottaviano que “Al principio pensábamos que era para correr en la media distancia, pero ocurrió que no le fue bien en un non grade de Palermo sobre 1400 metros; largó mal, hubo cierto apresuramiento y terminó de la forma que no esperábamos. Después de eso ya se venían los grandes premios, sobre todo el Ciudad de La Plata (G2), y como soy platense, es como si tuviera una asignatura pendiente, y decidimos bajarlo a las carreras de velocidad pura”.

“Ahora no se lo que va a pasar en el segundo semestre, porque la idea es correr el Pringles y después las Estrellas. Jack of Heart lo que necesita es competencia, porque te lo pide. Después no sé qué pasará, si volvemos a intentar en mayor distancia o nos quedamos acá. Lo que quiero es que sea el caballo de todos, por ese motivo es que no lo vendo, quiero que lo disfrute todo el mundo”, cierra la charla un eufórico Osvaldo Ottaviano, antes de ir a disfrutar un merecido brindis con su familia.