El jockey leyó a la perfección el desarrollo, dejó lejos al francés y arriba voló para ganar en Santa Anita Park el Shoemaker Mile Stakes (G1)

ARCADIA, California (Especial para Turf Diario).- Día fantástico de carreras el que se vivió este lunes en Santa Anita Park donde, además del festejado triunfo de la brasileña Jolie Olímpica (Drosselmeyer) en el Monrovia Stakes (G3), se disputaron dos pruebas de G1, las primeras desde que el óvalo de esta ciudad reabrió tras el corte por Covid-19.

La más importante fue el Shoemaker Mile Stakes (1600 m, césped, US$ 302.500), clasificatorio para el Breeders’ Cup Mile (G1) por la vía del Challenge Series Win and You’re In y donde el francés Raging Bull no pudo cumplir una mejor reprise. Inactivo desde que en septiembre último quedó cuarto en la Woodbine Mile (G1) de Woodbine, en Canadá, el hijo de Dark Angel fue una aplanadora en el derecho para llegar al segundo lauro de máxima escala de su campaña, tras imponerse en el Hollywood Derby (G1), en 1998.

Joel Rosario, su jockey, leyó el desarrollo a la perfección y apostó todas sus fichas al cambio de ritmo del pupilo de Chad Brown, dejándolo lejos mientras Voodoo Song (English Channel) rompía los relojes al frente con parciales de 22s16/100, 44s75/100 y 1m8s56/100.

Ya en la recta, Raging Bull apareció abierto como una exhalación y pasó de largo, llegando al disco con 2 1/4 cuerpos de ventaja sobre Next Shares (Archarcharch), que por medio largo dejó tercero a Without Parole (Frankel), que tuvo un desarrollo espantoso y tranquilamente pudo haber estado en la definición.

Nieto de la campeona italiana Rolly Polly (Mukaddamah), a los 5 años Raging Bull volvió con todo y ahora será protagonista en cada paso máximo de la división que se aproxime, y con la garantía de tener un lugar asegurado para el Breeders’ Cup Mile.