Tras varios meses de inactividad, encabezó el 1-2 del Stud La Frontera y del padrillo Remote en el Clásico General Manuel Belgrano (G2), sobre los 1200 metros del Bosque

LA PLATA.- No sólo es rápido Río Mágico. También tiene una calidad de esas difíciles de encontrar, de las que ayudan a decir “acá estoy yo” cuando las papas queman. Tras medio año de inactividad, el potrillo se reintegró a las lides con una labor estupenda, encabezando el 1-2 del Stud La Frontera y del padrillo Remote (Dansili) en el Clásico General Manuel Belgrano (G2-1200 m, arena normal), la prueba central de la jornada del martes en el hipódromo de esta ciudad.

Sólo perdió debutando el zaino preparado en Palermo por Jorge Mayansky Neer y las razones de semejante trajinar exitoso las dejó bien claritas. Fue presto para asumir el liderazgo ni bien se abrieron los partidores, para correr presionado siempre y en parciales vivos de 24s43/100 y 46s65/100. Cuando llegó la recta y la hora de la verdad, llegó el tiempo de apelar a su clase, conteniendo primero los intentos de The Benjamin (Roman Ruler) y Pleasant Rate (Exchange Rate), y arriba controlando por el pescuezo las atropelladas de su compañero Vetrato y de Gran Emperio (Emperor Richard), que llegaron segundo y tercero respectivamente, todo tras meritorios 1m12s14/100.

Si hay que destacar la preparación con que lo reprisó Mayansky Neer, también habrá que subrayar la enorme conducción que le dio el jockey brasileño Francisco Leandro, dando sobradas muestras de porqué es el mejor del momento en el país y líder en las tres estadísticas principales y en la genera.

Para Río Mágico fue la cuarta conquista en apenas cinco salidas, y la tercera en el plano de los clásicos, ya que en 2020 había vencido en el José M. Boquín (L) y en el Benito Lynch (G3), todos en los eucaliptos. En premios, sus ganancias ya andan por los 1.152.000 pesos, poquito, pero acorde con la “economía amarreta” de los hipódromos.

Río Mágico fue criado por Francisco Fraguas, su propietario, en el santafecino Haras Loma Linda. Su madre es Bonjoy (King’s Best), que nunca compitió pero ya tiene otros dos hijos ganadores como Naturelle (Peer Gynt) y Río Fangio (Peer Gynt). Se trata de una hermana materna del buen fondista Explosillón (Potrillón), que con los colores del Stud Haras La Madrugada supo ganar el Clásico General Pueyrredón (G2) en su versión de 2000, casi sobre el final de esa saga de campeones interminables que surgieron de los campos en Chenaut de la familia Martinengui, allí donde ahora se emplaza La Pasión.