El tordillo buscará destacarse con sus únicas crías como lo hicieron Dubai Millennium, Mozart o Saint Liam

La muerte del campeón Roaring Lion sacudió al mundo sobre el último fin de semana. Un crack en las pistas, no pudo superar un tercer episodio de cólico a poco de su llegada al Cambridge Stud neocelandés, donde se aprestaba a cumplir su primera temporada de servicio en el hemisferio Sur.

Hijo de Kitten’s Joy (El Prado), fue consagrado Caballo del Año de 2018 en Europa, tras una campaña que lo vio ganar carreras de la jerarquía del Coral-Eclipse Stakes (G1), Juddmonte International Stakes (G1), Irish Champion Stakes (G1) y Queen Elizabeth II Stakes (G1).

La prematura muerte del tordillo del Qatar Racing deja una única producción de crías y que nacerá el año próximo. En total, según Weatherbys, cubrió 133 yeguas a un costo de 40.000 libras, entre ellas, a las ganadoras de G1 Bateel (Dubawi), Giofra (Dansili), Golden Lilac (Galileo), Lightening Pearl (Marju), Molly Malone (Lomitas), Seal of Approval (Authorized), Shonan Adela (Deep Impact) y Simple Verse (Duke of Marmalade), además de las madres de cracks como Dolniya (Azamour), Kitten’s Dumplings (Kitten’s Joy), Marmelo (Duke of Marmalade) y Poet’s Word (Poet’s Voice).

El caso de Roaring Lion trajo a la memoria a otros grandes corredores que murieron prematuramente y dejaron apenas una camada de hijos, con el caso descollante de Dubai Millennium (Seeking the Gold), cuya línea continúa mucho más fortalecida hoy gracias al fantástico Dubawi. Pero hay otros casos de caballos que pudieron haber sido fenomenales en el haras de no haber desaparecido tempranamente, como Mozart (Danehill), que dio a los talentosos Amadeus Wolf y Dandy Man; o, en los Estados Unidos, Saint Liam (Saint Ballado), productor de la fenomenal Havre de Grace, Caballo del Año allí. Otros caballos célebres que dejaron sólo una camada fueron Shergar (Great Nephew), Ajdal (Northern Dancer), el primero víctima de un resonante secuestro a raíz del cual su cuerpo nunca fue encontrado.

Se fue Roaring Lion, un campeón único, pero queda la esperanza de que sus hijos por llegar sean capaces de hacer historia.