El entrenador destaca su trabajo a la par de Juan Saldivia, lamenta los malos momentos por los positivos de noviembre y espera por el regreso de sus mejores figuras a la caballeriza

Roberto Pellegatta tuvo un cierre de 2022 con emociones encontradas. El éxito que alcanzó con Niño Guapo (Catcher In the Rye) en el Gran Premio Nacional (G1) ratificó su vigencia y calidad en el arte de preparar un buen caballo de carreras, pero los positivos que aparecieron en sus créditos Nos Dijimos Todo (Cosmic Trigger) y Pelo Platinado (Cima de Triomphe) tras sus participaciones en los grandes premios Enrique Acebal (G1) y Copa de Oro (G1), respectivamente, transformaron toda aquella alegría en un gesto ingrato.

“La gente dice: ‘¿otra vez?´, y es como que te ven en el piso o que tenés un problema y te quieren rematar. Desgraciadamente, con esos dos caballos nos jugó una mala pasada una pomada para masajes que compramos en Estados Unidos y que, según su prospecto, era natural y no contenía nada que pudiera ser tratamiento. Incluso, consultamos con nuestros veterinarios. Pero la realidad es que, aunque diga ‘natural’ siempre tienen de base alguna plata que puede contener algo no permitido, como fue este caso”, cuenta, recordando el evento que le costó una suspensión de 8 meses a Juan Saldivia.

El joven entrenador es gran protagonista de la charla con Pelle: “Me pregunta n si volví o porqué ´’figuro’. Y no es así. Con Juan formamos un equipo, una dupla de trabajo en la que nos apoyamos mutuamente y cada uno pone su parte. No me cuesta reconocer que si no lo tuviera a él, hoy no podría jugar. El es un cuidador hecho y derecho, responsable, con una pasión por su profesión que me hace acordar a mí cuando era joven. Ni el figura ni yo figuro, simplemente uno de los dos se encarga de presentar los caballos que preparamos a la par, yo poniendo mi cuota y él la suya, y nos va muy bien. Compartimos comisiones, si se vende un caballo también. El turf siempre fue muy individualista, pero formar equipos de trabajo se da en todo los deportes, y nosotros elegimos ese camino, con Juan, con la gente del stud. Un entrenador no puede tener 100 caballos y nadie en el que apoyarse, así empiezan los problemas”, se tiende Roberto, como le gusta hacer con sus caballos cuando los entrena, con Juan.

Roberto distingue varios inconvenientes en el entrenar hoy, como los costos: “Hoy si cobrás 115.000 pesos te digo que hasta perdés plata. Hay formas y formas, podés tener 3 caballos por peón, o 5, pero no es lo mismo.  En mi caso, estoy grande, y si tengo tantos caballos es porque Juan está conmigo. No tenemos nunca un box libre y cobramos por adelantado, no queremos problemas. Hasta ganando no hacés diferencia. Nosotros nos llevamos el Nacional y en la mano nos quedó un millón y pico de pesos, mucho, pero poco, con los descuentos por 200 impuestos, claro”.

En materia de caballos, el fin de año le costó caro a Pellegatta y Saldivia. La jornada del Pellegrini quitó de su caballeriza a muchas de las grandes figuras. “Niño Guapo quedó mal después del Pellegrini y se fue al campo, y La Validada igual en la Copa de Plata y siguió el mismo camino, como Nos Dijimos Todo… Y Eulario lamentablente hubo que sacrificarlo. Los mejores caballos que teníamos ya no están, y habrá que esperarlos”, finaliza Roberto.

Mientras aguarda por sus figuras, Roberto Pellegatta mantiene la rutina en cada una de sus mañanas de levantarse temprano e ir a Palermo para tratar de forjar más campeones. No está sólo, pues Juan Saldivia le hace a la par, viene empujando y es hoy mucho más que su mano derecha.