El hijo de Roman Ruler irrumpió en el terreno más importante ganándole por 10 cuerpos a Dancing Again

Nunca deja de asombrar la facilidad con la que el turf argentino produce buenos caballos. Son décadas y décadas de disfrutar de pingos singulares en los principales hipódromos, esos que luego, en muchos casos, nos dan además la satisfacción de lucirse también en el exterior.

Siempre cuando se abre una gatera aquí, la ilusión de ver en acción un crack está latente. Esa renovación permanente de figuras que aquí se tiene la suerte de disfrutar encontró en el sábado de Palermo otro nombre que movió la tierra.

Sandino Ruler construyó metro tras metro una actuación descomunal para ganarle a rivales fuertes en el Clásico Italia (G3-2000 m, arena) y trepar de golpe a la élite de la distancia en el centro. Fue impresionante lo hecho por el hijo de Roman Ruler, que ratificó, ahora en el plano de las carreras más importantes, todas las buenas sensaciones que generaba entre sus allegados.

Habiendo pagado una larga reprise con una victoria similar, ahora se encargó de deshacerse de los cotizados Dancing Again (Heliostatic) y Alampur (Catcher In the Rye) como si se tratara de dos “perdedores matungos”. Los mató de punta a punta, galopando a placer y abriendo en el derecho amplias diferencias casi sin ponerse a correr de firme.

Ganarle por 10 cuerpos a Dancing Again en espectaculares 2m1s45/100 no es fácil; tampoco sacarle 27 largos a un Alampur desconocido. Lo de Sandino Ruler ingresó en el Top 3 de las mejores labores del año, sino pasó a encabezar ese ránking.

Llegó arriba el nuevo proyecto de crack de la eterna dupla Roberto Pellegatta (en pareja con Juan Saldivia) y Juan Carlos Noriega. Si consigue mantenerse, generalmente, lo más difícil, el turf argentino tendrá otro gran caballo para disfrutar de acá en adelante.