Matías Lanusse, Presidente de Lotería, firmó la resolución y el destino de esos fondos trajo cola

El Instituo de Loterías y Casinos de la Provincia de Buenos Aires dejó sin efecto el llamado premio al criador y redistribuyó a partir de ahora el dinero que correspondía a ese incentivo entre los hipódromos de San Isidro y La Plata y para que sea aplicado a premios e infraestructura.

En muchos países las cabañas son beneficiarias de parte de los premios o bonos para el desarrollo de sus proyectos, pero aquí, casi desde su aparición, la medida encontró piedras en el camino y fue criticada desde varios sectores, pese a que la distrubición se realizaba por un índice de eficiencia establecido y no por estadística, por lo cual la mayor parte de esos fondos iba a criadores de tamaño “mediano” o “pequeño”, significando un aporte casi vital para sus economías y para poder seguir funcionando como tales.

Muy llamativo es que todos quienes criticaban el premio al criador, jamás alzaron la voz para pedir explicaciones sobre la gran cantidad de plata que los gremios retiran del fondo y, que como aquél, no se destina ni a recompensas ni a obras, como la ley indica en su base.

El incentivo para Criadores fue dado de alta, conjuntamente con la incorporación de dos nuevos gremios a la distribución de la subvención, ALEARA y UPCN. Según la resolución 1515, con fecha del 3 de septiembre, Matías Lanusse, el Presidente de Lotería, la decisión tomada se adjudica a que “Atento que se han cumplido los objetivos trazados con el otorgamiento del subsidio  (SIC) destinado al incentivo de Criadores, teniendo en consideración que los hipódromos cuentan con un parque caballar numeroso y de calidad de excelencia, deviene conducentemente dejar sin efecto el mencionado incentivo…”. Realmente cuesta entender el concepto.

Tampoco deja de ser un dato que el dinero ahora “sobrante” se haya repartido entre San Isidro y La Plata, y no haya sido enviado también (en su parte proporcional, por supuesto), a las pistas de Azul, Tandil y Dolores, como sí ocurre con el Fondo de Reparación.

Ese ítem generó un enorme malestar en esos tres hipódromos del sur bonaerense, con Santiago Zaffora, Secretario del Jockey Club de Azul, saliendo al cruce de la decisión sin medias tintas.

“La medida tomada por la autoridad de aplicación es inaudita, irresponsable y discriminatoria. A nuestro hipódromo -oficial- lo asocian en las perdidas o rebajas del fondo, pero cuando hay posibilidad de mejorar los premios lo excluyen. Queremos creer que la dirigencia hípica nacional, a través de la mesa de enlace, se va a expedir formalmente sobre este atropello al turf del interior. El hipódromo de Azul en 2 años de gestión mostró trasparencia, idoenidad, revalorizando a propietarios y profesionales (con auditorías satisfactorias) atendiendo un parque caballar abundante con un claro concepto de hipódromo alternativo. Con estas medidas se busca hacer un turf de élite para unos pocos. El concepto de industria hípica tiene que trascender lo gramatical y convertirse en hechos por medios de medidas inclusivas y no expulsivas, como la que se tomó”.

Con el corte del premio al criador el derrame se cortará en una de las cadenas principales de la hípica argentina y que, si bien obtiene réditos con su producido, en la mayoría de los casos actualmente funciona a pérdida o para pedir un “empate sobre la hora”.

No parece resultar positivo que algo que se consiguió con mucho trabajo sea dado de baja en perjuicio de una parte de la cadena de la hípica nacional, y mucho menos que el dinero que allí se destinaba ahora no se utilice íntegramente para pagar premios, sobre todo en el caso de La Plata, donde nadie sabe a ciencia cierta si el dinero del fondo llega en su totalidad.