En el último salto se quedó con el Maker’s Mark Mile Stakes (G1) de Keeneland, donde el brasileño In Love cerró la marcha, aunque cerca; no corrió el campeón Ivar

Aquellos que no son parte del maravilloso mundo del turf quizás nunca puedan terminar de entender lo que un final ajustado puede provocar. Las miles de sensaciones que recorren los cuerpos de los protagonistas, sean jockeys, cuidadores, propietarios, criadores, público o cualquiera de los muchachos que desde el stud hacen todo por un disco.

Para los que estamos dentro, a veces, se hace difícil explicarlo, pero, como con tantas cosas, nada mejor que ir a la práctica para acercarse lo máximo posible a ese cóctel sin igual. El video del final que tuvo este viernes en Keeneland el tradicional Maker’s Mark Mile Stakes (G1-1600 m, césped, US$ US$ 577.000 en premios) puede ser el ejemplo perfecto de lo increíble que es el turf, de la forma única en que genera adrenalina.

Es cierto que no tuvo un caballo sudamericano en la definición, pues el campeón Ivar (Agnes Gold) quedó en boxes y para In Love (Agnes Love) la reprise significió un último aunque cercano lugar, pero la victoria de Shirl’s Speight tapando en el disco al inglés Masen (Kingman) y al generoso Smooth Like Strait (Midnight Lute) fue un poema.

La forma en que el zaino se estiró en esos metros finales para poder alcanzar la gloria en el cabeceo final fue conmovedora, se notaba que quería ganar, que sacó su corazón fuera de su cuerpo para llegar a la gloria y alcanzar la mejor victoria de su campaña, dando cuenta de un rival que no se entregó jamás y que ya había hecho un esfuerzo grande para torcerle el brazo a Smooth Like Strait, el puntero.

Tan apretado fue todo que cada vez que en la televisión y en la pantalla gigante repetían ese final majestuoso, el público rugía, expectante del fallo de los jueces. Finalmente fue de hocico el fallo en favor del hijo de Speightstown y la notable Perfect Shirl (Perfect Soul) sobre Masen, con pescuezo hasta Smooth Like Strait, todo tras emocionantes 1m35s93/100.

¿Cómo fue la carrera de In Love? Siempre vino cerca de los palos y con andar cómodo, atacando por dentro en el derecho, aunque sin arrancar como sí lo había hecho en otras oportunidades, quizás, sintiendo la inactividad, aún un poco falto de golpe de velocidad. No fue el resultado deseado ni esperado, pero terminó a 2 3/4 cuerpos del ganador, casi nada.

Criado y propiedad de Charles Fipke y al cuidado de Roger Attfield, Shirl’s Speight tuvo en el jockey panameño Luis Sáez a un socio ideal, que lo empujó con alma y vida en esa recta que lo vio avanzar desde atrás para atrapar la gloria con el suspiro final.

“El caballo había ganado sus primeras dos carreras corriendo adelante, con mucha velocidad. Pero luego perdió su forma y sufrió una lesión en un suspensorio. Su propietario le dio todo el tiempo para que se recuperara. Gané esta carrera con Perfect Soul (Sadler’s Wells), su abuelo, y creo que él es un mejor millero”, contó Attfield, muy feliz, por supuesto.

Sáez, por su parte, comentó: “Antes de la carrera habíamos llegado a la conclusión que lo mejor era venir desde atrás, y por eso tomé la decisión de esperar. Puso todo en la recta y llegó justo a tiempo”.

Es difícil muchas veces poder explicar sentimientos y sensaciones. De aquí en adelante, será una buena forma recurrir al video de la versión 2022 del Maker’s Mark Mile Stakes de Keeneland, ese que lo tuvo todo, que desbordó pasión y que dejó los corazones al borde de un ataque. Ese donde Shirl’s Speight ganó una carrera formidable, para el recuerdo.