Con el público aplaudiéndolo de los 400 metos al disco, el campeón alcanzó un esperado y cómodo triunfo en el Gran Premio Estrellas Sprint (G1) de Palermo

Ya no quedan adjetivos para graficar la inmensidad de Luthier Blues. Y cuando se entra en esa fase, a la que muy pocos caballos acceden, la mejor muestra del significado de un crack semejante para cualquier hípica se identifica plenamente con esos aplausos que lo acompañaron durante los 400 metros finales del Gran Premio Estrellas Sprint (G1-1000 m, arena) del sábado en Palermo, emanando del mucho público que desafío al frío a la intemperie sólo para verlo. Otra vez, como en sus últimas 9 salidas, el zaino del Stud Kirby’s afilado en Azul por Gonzalo Sarno fue un tren sin frenos, una máquina de correr que desesperanzó rivales; porque Luthier Blues no les gana, los ahuyenta. Una muestra: ¿cuántos G1 en la corta recuerda, amigo lector,  con sólo 6 participantes? Costará encontrar respuesta al interrogante y, a la vez, queda claro que al campeón ya no le quieren ni correr. Luthier Blues es el mejor caballo del país peso por peso, el más querido de todos, el que llena el corazón del pueblo. Y recompensa todo ese cariño con gestiones como la de este sábado, haciendo galope liviano para ganarle por 6 cuerpos a Breve Mensaje (Roman Ruler), con At a Glance (Angiolo) en tercero a 1 1/2 más, en una marca “circunstancial” de 54s46/100.

Brian Enrique se tuvo que bajar del favorito para correr a Madonna Key (Key Deputy) en el Sprint -fue cuarta-, y Jorge Peralta, reemplazante de aquél, se cayó un rato antes y tampoco pudo ser su socio. Entonces, Rodrigo Blanco “ligó” la monta y la película terminó como siempre, más allá de que el crack quedó último en el comienzo y que quizás estuvo un poco más desordenado que de costumbre.

Cada vez más grande (en todo sentido, pues pesó 576 kilos, su máximo), Luthier Blues respondió otra vez y vengó aquella derrota de hace 11 meses contra Queen Liz (Lizard Island) en esta misma prueba, suma ahora 9 victorias consecutivas y amenaza con hacer eterno su reinado.

Ahora tiene terreno fértil para aprovechar, con 3 G1 en la categoría hasta fin de año y algún que otro clásico que le sirva para ponerse a punto. Si gana el Suipacha (G1) completará el álbum de los turnos de máxima escala entre los sprinters. Mientras tanto, continuará recibiendo aplausos. Todos los que sean posibles.