El tordillo preparado por Roberto Andrés Pellegatta ganó por 9 cuerpos el Vicente L. Casares (G2) y ahora irá por la gloria en el sur

Special Dubai es uno de esos caballos que cualquier propietario sueña con tener; para ponerlo en la mesita de luz, ir a verlo al stud todas las mañanas y enroscarse con fotos grandes como objetivo. Ya son varias las escenas de esas que vivió en su notable campaña el tordillo, que en el viernes de Palermo hizo caso a la lógica para conseguir una conquista inapelable en los 2500 metros del Clásico Vicente L. Casares (G2).

Tras escoltar al campeón Miriñaque (Hurricane Cat) en cada uno de los pasos del Campeonato Palermo de Oro Verde, el hijo de E Dubai volvió a la arena para destrozar a los 3 únicos rivales que le salieron al cruce y sin tener que gastar energías de más, haciendo todo sencillo, casi que trabajando a reglamento, “preparando el terreno” para lo que será el 19 de noviembre próximo su segundo intento por vencer en el Gran Premio Dardo Rocha (G1), prueba en la que escoltó a Emotion Orpen (Orpen) en su versión de 2020.

Con William Pereyra en sus riendas -de notable doblete jerárquico en la tarde-, para Special Dubai todo se trató de galopar y esperar el derecho para hacer pesar sus tabuladas, su experiencia y su clase diferente. Fue allí cuando el puntero Heat Miami (Manipulator) se cayó a pedazos y Galán Galés (Expressive Halo) tomó la posta al frente, hasta que el enorme favorito aceleró, claro.

Dominó Special Dubai y mantuvo ese tranco casi natural para sacarle en la meta 9 cuerpos de ventaja al siempre presente Galán Galés, con Enfermizo Paradiso (Fragotero) cruzando tercero a 7 largos más y con ¡49! de diferencia sobre Heat Miami, que llegó a la meta casi que caminando, todo tras 2m39s5/100, una marca que lejos estará de entrar en la historia, aunque es un mero dato, sin mayor importancia.

Criado en el Haras La Esperanza y del Stud Le Fragole, Special Dubai tiene como socio inseparable a Roberto Andrés Pellegatta, que con herramientas demuestra que tantos años trabajando a la par de su padre le dejaron las enseñanzas suficientes como para también lucirse. Un laburante, “Robertito” lo tiene más que merecido.