El campeón fue un poema en Royal Ascot, imponiéndose por 10 cuerpos y quedando a sólo una victoria del récord de Yeats

Lo que hizo hoy Stradivarius en la Gold Cup (G1-4000 m, césped) de Royal Ascot fue conmovedor. Por lo que significó haber vencido por tercera vez consecutiva en “la” carrera por excelencia del mitín, por haber quedado a sólo un éxito de alcanzar una hazaña que lucía imposible como la de Yeats (Sadler’s Wells) y, sobre todo, por la forma en que lo consiguió.

Fue deslumbrante ese cierre pleno de potencia, exhibiendo la aceleración de un sprinter pese a haber galopado antes más de tres kilómetros y medio; fue poesía en movimiento para los amandes del turf, que se dieron una panzada de calidad de la mano de ese alazán al que no le sobra tamaño, pero que es dueño de un corazón de oro, como su trofeo preferido…

En una cancha blanda, cansadora, Stradivarius volvió al triunfo después de dos derrotas, incluso en una reprise en la que, ante el enorme Ghaityyath en la Coronation Cup Stakes (G1) se buscaba más la puesta a punto pensando en Royal Ascot que ganar. Y el plan trazado por John Gosden salió a la perfección, ejecutado con la claridad de siempre por Frankie Dettori, el mejor de todos, el más carismático, el único.

En esos 300 metros de explosión del cierre, Stradivarius le sacó 10 cuerpos de diferencia a Nayef Road (Galileo), con Cross Counter (Teófilo) en tercero a otros 8, lo que habla de la poca paridad que hubo entre el campeón y sus rivales, que lo dieron todo, justo es decirlo.

Tras 4m32s60/100, el hijo de Sea the Stars y Private Life (Bering) empezó a transitar un camino conocido y ya ilusiona al mundo del turf en buscar el año próximo el récord de Yeats; incluso, con su juventud, hasta se puede ir más lejos en la ilusión.

Gosden, conmovido, dejó sus consideraciones post carrera: “Estamos orgullosos por lo que consiguió Stradivarius y por Bjorn Nielsen, su propietario, un apasionado de la cría y de sus yeguas madre. Ha tratado de generar un ganador del Epsom Derby (G1), pero ha tenido la suerte de lograr un caballo tres veces ganador de la Gold Cup. Para él es una sensación maravillosa, seguramente, y una pena que no nos haya podido acompañar”.

Luego, con una buena dósis de humor, agregó: “Tiene mucho carácter y creo que debo cambiar mi espuma de afeitar, porque cuando lo ensillaba se puso nervioso; quizás use mucho… Piensa generalmente que la vida es un poco divertida, una realidad cuando gana carreras como esta. En la previa lo vi tan bien que me saqué la duda sobre si ‘el factor rebote’ estaba bajo control después de su reprise en Newmarket. Fue una actuación excelente la de hoy”.

Sobre el futuro, la idea según el preparador es buscar un cuarto lauro en la Goodwood Cup (G1), “siempre y cuando le guste mi espuma de afeitar”, cerró a pura sonrisa el profesional.

Dettori, por su lado, también se mostró orgulloso tras vencer en su octava Gold Cup: “Fue tremendo. Estaba preocupado por la lluvia, pero me sorprendió; parecía un cuchillo afilado en la manteca. Sin dudas habrá que ubicarlo entre los mejores stayers de la historia, como Yeats o Sagaro (Espresso), y ahora quizás busquemos el póker, ¿quien sabe?

Stradivarius tuvo una actuación conmovedora, de esas que quedan en la historia. Un lujo para todos.

Diego H. Mitagstein