El hijo de Sea the Stars ganó este martes por cuarta temporada consecutiva la Goodwood Cup (G2) en Goodwood, en una hazaña única

Los libros de historia del turf, afortunadamente, se reescriben bastante seguido. Los cracks siguen apareciendo en cada rincón del planeta, haciendo que el magnetismo por un deporte tan maravilloso como las carreras de caballos perdure en el tiempo, dándole batalla a tanto entretenimiento moderno.

Por esos días la hípica mundial tiene la bendición de estar disfrutando de un par de nombres llamados a no ser olvidados, tales los casos de la descomunal Enable (Nathaniel) y del formidable Stradivarius, el mejor fondista de la actualidad y que este martes en Goodwood alcanzó otro récord para su campaña sin parangón al ganar por cuarta ocasión consecutiva la Goodwood Cup (G2), desafío sobre 3200 metros, una situación que no se había vivido nunca antes.

Tan grande es el hijo de Sea the Stars y Private Life (Bering) que gana hasta cuando parece que tiene todo para perder. Su capacidad inigualable le permite pasar de un éxito lujoso como el que venía de conseguir en la Gold Cup (G1) de Royal Ascot, por 10 cuerpos, a desbordar coraje para transformar un desarrollo complicado en un festejo alocado, como pasó esta vez.

Incansable, Stradivarius zafó de una posición bien incómoda en el derecho, se hizo lugar a los empellones y trepó abierto de los 250 metros al disco para terminar venciendo por 1 cuerpo al puntero Nayef Road (Galileo), con el potrillo Santiago (Authorized) en tercero a 1 1/4 largo, aunque con el dato nada menor de haber cargado 15 libras menos que sus rivales (escapa de 135 a 120), una enormidad sobre 3200 metros.

Nayef Road descontó 9 cuerpos de los 10 por los que el favorito lo venció en Royal Ascot, aunque sin tropiezos la diferencia entre ambos hubiera sido bastante mayor. Y Santiago salió más que bien parado de su primer refregón en tan largos tiros y ante los mayores; sin ir más lejos, ni siquiera su triunfo en el Irish Derby (G1) se compara con su tercer lugar en la Goodwood Cup, donde dio un salto de calidad muy interesante.

Demoró 3m35s7/100 el crack en levantar otra actuación majestuosa, que habla de su envidiable regularidad, pero también de una mano maestra por parte de John Gosden, su preparador, ya a esta altura un especialista en llevar grandes caballos en notables y extensas campañas.

Desde mayo de 2018 Stradivarius sólo perdió en dos ocasiones, por el hocico ante Kew Gardens (Galileo) en el QIPCO British Champions Long Distance Cup (G2) y reprisando hace un par de meses ante Ghaiyyath (Dubawi) en el Coronation Cup Stakes (G1). En total, son 16 sus victorias en 23 actuaciones, sencillamente fenomenal.

Por delante lo espera un camino diferente, aunque para nada menos importante, al menos en lo que resta de 2020. Irá a Francia para el Prix Foy (G2) y luego pondrá proa hacia una más que merecida actuación en el Prix de l’Arc de Triomphe (G1), donde chocará contra su “compañera” Enable, aunque, seguramente, deba enfrentarlo sin Frankie Dettori.

Caballos como Stradivarius hacen mucho más lindas todavía de lo que son las carreras. Mantienen vigente el magnetismo de la especialidad de fondo, a la vieja usanza, y ayudan a captar nuevos aficionados para un espectáculo que se reinventa en la pista a fuerza de cracks para hacerlo más maravilloso. Stradivarius sigue haciendo historia, esa cuyas páginas se actualizan, afortunadamente bastante seguido.