El hijo de Brazen Beau se llevó el Norfolk Stakes (G2) en Royal Ascot, pero molestando en la parte final, aunque no fue distanciado

ASCOT, Inglaterra (Especial para Turf Diario).- Mucha tela para cortar dejó la edición 2022 del tradicional Norfolk Stakes (G2-1000 m, césped), para productos. En principio, la victoria que alcanzó The Ridler representó la sorpresa más grande en la historia de la carrera, con un sport de 50/1. Pero, a la vez, la actuación del caballo preparado por Richard Fahey para Steve Bradley generó discusiones, pues claramente molestó en los momentos de definición a Crispy Cat (Ardad), en una maniobra que le hizo perder a este último el segundo lugar por apenas el pescuezo ante el favorito Walbank (Kodiac).

La interferencia fue evidente, pero los jueces se afirmaron al reglamento y consideraron que en el momento del foul ya Crispy Cat no tenia posibilidades de vencer a The Ridler. Sin embargo, la regla falla en lo de administrar justicia, pues el perjudicado hubiera sido segundo y no tercero, cambiándolo todo. La cuestión es si medir subjetividades termina redondeando el concepto de justicia, y en este caso la evidencia es letal hacia un no.

Con nada que cambiar, habrá que decir que The Ridler, que había salido de perdedor en Ripon y luego quedado tercero Beverley, superó por 1 3/4 cuerpo a Walbank, dándole a Richard Fahey su segundo éxito consecutivo en el Norfolk Stakes, después de la conquista que había conseguido hace 12 meses con Perfect Power (Ardad), y, de paso, clasificando para correr en noviembre próximo en Keeneland, Estados Unidos, la Breeders’ Cup, por la vía del Challenge Series.

¿Qué dijeron los protagonistas sobre las molestias y el reclamo? Paul Hanagan, que condujo al vencedor, explicó: “Paró las orejas y me sentí libre adelante, no pensé que tuvieran que levantar los demás. Todavía está un poco verde, y bajé mi fusta para mantenerlo derecho. Mucho más no tenía para hacer”.

Por su parte, el brasileño Silvestre de Sousa, que montó a Crispy Cat, fue categórico: “El ganador nos molestó y la situación hizo la diferencia. Deberíamos de haber ganado”. Michael O’Callaghan, preparador del damnificado, sumó: “Debió haber terminado primero, es muy simple. No había encontrado lugar nunca, y cuando lo hizo el ganador le dio un golpe”.

The Ridler se convirtió en el ganador más caro en la historia del Norfolk Stakes, en un final que dejó abierta una discusión que debe darse a futuro.