Royal Ship, el crédido verdeamarelho, voló bajo, pero el jockey se llevó la victoria en las riendas de Tripoli

DEL MAR, California (Especial para Turf Diario).- No fue con un triunfo de Royal Ship (Midshipman), pero la hípica brasileña festejó grande en el siempre trascendente Pacific Classic (G1-2000 m, arena, US$ 1.000.000 de bolsa) que se resolvió este sábado en el hipódromo local. Tiago Josué Pereira, uno de sus jinetes más destacados, el del disco inolvidable con Gloria de Campeao (Impression) en la Dubai World Cup (G1) de 2009, estuvo brillante y guió apoyado en su experiencia a Tripoli, el hijo de Kitten’s Joy que brilló como nunca antes.

Era la única monta que Pereira, de 45 años, había firmado para la reunión más trascendente del mitín, y vaya si le dio rédito. Preparado por John Sadler para el Hronis Racing, el alazán mostró mucha determinación para luchar por la punta durante la mayor parte del trayecto y terminar batiendo por 1 1/4 cuerpo a Tizamagician (Tiznow), que se mostró al frente un buen rato y terminó por redondear también una labor destacada.

En el otro rincón estuvieron Express Train (Union Rags), el favorito, y Royal Ship, con performances lejanas a sus mejores versiones y que los depositaron en lejanas sexta y séptima colocación, respectivamente.

“John me dijo antes de la carrera que tenía que ser cuidados porque varios de los participantes tenían un estilo similar de correr. Cuando llegó el momento de darlo todo, tuve mucho caballo. Sin embargo, cuando se encontró adelante, empezó a mirar a los costados buscando rivales; busqué y al no ver a nadie me di cuenta que ya no iban a poder alcanzarnos, contó Pereira, que se radicó en los Estados Unidos en 2014.

Con un pedigree “verde”, Tripoli cumplió las primeras 11 actuaciones de su campaña sobre el césped, pero cuando cambió a la arena mostró lo mejor de su repertorio, primero llevándose un allowance, luego quedando segundo en el San Diego Handicap (G2) y ahora levantando la preciada copa del Pacific Classic.

Un dato: su tiempo de 2m2s37/100 fue más de 3 segundos más lento con respecto al récord de pista y de la carrera de 1m59s11/100 que desde 2003 ostenta el crack argentino Candy Ride.