El Clásico Ignacio e Ignaco F. Correas (G2-2500 m, arena) del sábado en Palermo se resolvió en el comisariato, con Marquesa Key siendo distanciada por molestar en un final curioso y del que fueron protagonistas los dos Martín Ferro

Toda una curiosidad la que se dio este sábado en el Clásico Ignacio e Ignacio F. Correas (G2-2500 m, arena normal), la prueba más importante de la entretenida jornada que planteó el Hipódromo Argentino de Palermo al cabo de una tarde en la que el frío caló profundo. Que haya un distanciamiento es algo común en las carreras, pero que de ese evento sean protagonistas padre e hijo no es algo que se de todos los días.

En el cierre del tradicional cotejo para fondistas Marquesa Key cruzó el disco adelante con 3/4 de cuerpo de ventaja sobre Henestrosa (Treasure Beach), pero abrió tanto su línea en el derecho que motivó la correcta decisión de los comisarios de desplazarla al segundo lugar tras el reclamo que interpuso Eduardo Ortega Pavón en contra de su colega Lautaro Balmaceda.

El dato fue que Marquesa Key es preparada por Enrique Martín Ferro, mientras que Henestrosa revista a las órdenes de Nicolás, su hijo, por lo que habría sido fabuloso poder instalar una cámara en la charla post carrera entre ambos para conocer los detalles, las bromas y todo lo que siguió a una situación realmente curiosa. Y, si cenaron juntos, directamente habría que haber tenido que pensar en instalar una tribuna y vender entradas…

Más allá de las bromas y todo lo que pueda surgir, habrá que decir como primera medida que el fallo de los jueces fue justo. Marquesa Key nunca llegó a golpear con brusquedad a su oponente, pero la hizo cambiar varios andariveles con su sesgo hacia la verja en el momento de la definición, sin permitir que el jockey paraguayo la exigiera con la firmeza que un final tan parejo requería. Es fácil: ¿podría haber ganado Henestrosa? Sí, sin dudas. Entonces, decisión correcta.

Para Henestrosa el primer festejo grande llegó de la forma en que “menos se disfruta” pero llegó merecido, pues hacía mucho tiempo trabajaba para conseguirlo. Fue segunda en el Chile (G2) y en el Apertura (G2) y ahora estaba precedida de sendos segundos en handicaps. Para Marquesa Key, el sabor amargo del distanciamiento durará varios días, pero entre su gente debe privar el vaso medio lleno, y es que ratificó que otra vez está en su mejor forma tras su genial actuación en el Distaff (G1) de las Estrellas, y ahora confirmó que la distancia no es problema, todo un mérito para la zaina, que de potranca ganó el Casares (G3) sobre el kilómetro y el Unzué (G2) sobre doce cuadras, mérito de su preparador, sin dudas.

Tercera a la cabeza llegó Soviet Catch (Catcher In the Rye), cuya atropellada esta vez fue bastante más pareja y que potente; de haber finalizado, por ejemplo, como el día del Criadores (G1), se hubiera beneficiado con un fallo. Pero los 2500 metros metros, si bien no la limitaron, sí parecieron quitarle explosión.

Cerquita quedaron Jazz Bass (Portal del Alto) y Gamble Rules (Roman Ruler), con Joy Revolucionaria (Fortify) y Miss Eder (Equal Stripes). Para estas últimas ya da la sensación de que el almanaque empieza a pasar factura y suena bravo pensar en que pudan recuperar el nivel de sus tiempos de esplendor, aunque, cuando hay calidad… Para Just You (Grand Reward), en tanto, no hubo milagros y su lejando último puesto la pone más al borde del haras que de mirar la carta de entradas para una próxima salida.

Hija de Treasure Beach y la clásica Happy Queen (Roy), Henestrosa es otro nombre de lujo para el Stud-Haras Pozo de Luna en el plano superior entre las yeguas, sumándose a Siempre En Mi Mente (Equal Stripes), Schilleriana (Roman Ruler), Serenata Huasteca (Easing Along) y Hellas Verona (Interaction), un grupo de ensueño que acompaña la ilusión local de la divisa de José Cerrillo, mientras en los Estados Unidos Blue Stripe (Equal Stripes) se sigue poniendo a punto con la idea de correr el Breeders’ Cup Distaff (G1), en noviembre…