Se quedó con la gran prueba en Monterrico, con Edwin Talaverano en las riendas

LIMA, Perú (Especial para Turf Diario).- Perú volvió al Mundial luego de 36 años y el Haras San Pablo ganó nuevamente la Polla de Potrillos (G1) tras una espera de 35. Porque no hay mal que dure un siglo, ni corona que lo resista. Y el criadero de Sayán lo hizo con un juvenil que tiene, precisamente, nombre de estrella del fútbol. Un corredor alazán que lució todas las condiciones de un crack y que, valgan verdades, llenó los ojos a la gran afición que se dio cita a Monterrico este domingo para ver la etapa final de la primera corona de la generación.

Ancelotti le había ganado a Soda Stereo (Spin Master) y Keaton (Meal Penalty), dos de los ‘pesos pesados’ de la generación en la primera mitad del año. El domingo les concedía la revancha y, de paso, se enfrentaba a un grupo de posibles aspirantes a protagonistas, como eran Abdel Nazer (Minister’s Joy) y Fasano (Fletcher).

A la hora de la verdad, el nieto de Flanders Fields fue un vendaval. Con Edwin Talaverano en sus controles –‘Maravilla’ volvió a ganar la Polla de Potrillos luego de 15 años– el juvenil se comportó a la altura y se dejó llevar con la madurez de un campeón.

No obstante partir del carril 11 fue ganando posiciones de menos a más por el exterior y en la curva final ya estaba en el cuarto puesto, midiendo el paso del puntero Fasano, que había salido a manejar las acciones con un ritmo acelerado, bajando los 23s0 para el primer cuarto de milla.

La facilidad con la que Ancelotti empezó a acechar al puntero fue realmente impresionante. Con un galope sostenido y sin ser exigido por su conductor, el potrillo dominó con traquilidad desde los 400 metros y empezó una exhibición de superioridad que muchos ya lo ven como esos caballos dispuestos a marcar una etapa en la hípica nacional.

Talaverano solo necesitó la huasca en los últimos 250 metros para brindar espectáculo. Bien pudo no necesitarla. Volteó la cabeza hacia la derecha y hacia la izquierda para revisar si algún potrillo podía hacerle frente. Debió verlos de lejos.

Fasano mantuvo el segundo puesto, a casi cinco cuerpos. Gran carrera si tenemos en cuenta que corrió con parciales de 22s92 y 46s87. Tal vez llevado con un poco de calma, habría aguantado algo más. Habrá que ver si esas velocidades las dosifica en las dos curvas, donde el tren de carrera será menos intenso en los primeros tramos.

Se dio el lujo de adelantar a Soda Stereo, que no estuvo en la tarde que lo queríamos ver. Corrió pesado, como desentendido. Avanzó tarde para meterse en el podio y pedir una nueva oportunidad, que habrá que dársela. Y más atrás Keaton, completando la torre de los principales protagonistas de esta carrera.

Se esperaba un poco más de Abdel Nazer, que vino persiguiendo al puntero y hasta despertó el ánimo de su gente en los 300 finales cuando parecía que entraba a definir. Pero renunció a la competencia y llegó alejado.

Ancelotti ganó con tal soltura y un paso tan contundente, que su gente puede soñar con lo que quiera en el tema hípico. Se impuso como quiso y, por lo demostrado, no deberá tener problemas en adaptarse a los 2.000 metros de la siguiente corona, el Clásico Ricardo Ortiz de Zevallos (G1). Si no lo ha visto en acción, debe animarse a verlo.

Néstor Obregón Rossi

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