La cabaña chilena dio a conocer nuevas fotos de la niña mimada, una hija de Medaglia D’Oro; la yegua será servida esta semana por Curlin

LEXINGTON, Kentucky (Especial para Turf Diario).- Desde que la cabaña chilena Don Alberto se decidió a expandirse a nivel mundial, si tuvo una bandera esa fue la tordilla Unique Bella, consagrada como Campeón Yegua Velocista de 2017 y Campeón Yegua Adulta de 2018 en los Estados Unidos antes de fracturarse un sesamoide en Del Mar, lesión que obligó a su retiro de las pistas.

Pues bien, la hija de Tapit y la notable Unrivaled Belle (Unbridled’s Song) volvió a ser noticia en los últimos días cuando se “presentó” al público a su primera cría, una bellísimo potranca por el crack Medaglia D’Oro, que, dicho sea de paso, heredó el pelaje de mamá.

Criada por el Brushwood Stable y adquirida como yearling durante las ventas de Keenelend en septiembre de 2015 por 400.000 dólares, Unique Bella desarrolló una campaña al cabo de la que compitió en 12 oportunidades, venciendo en 9 de ellas.

Con 1.272.400 dólares en premios, alcanzó sus victorias más importantes en los G1 Beholder Mile, La Brea Stakes y Clement L. Hirsch Stakes, aunque también se impuso en el Santa Ynez Stakes (G2), en el Las Vírgenes Stakes (G2), en el Santa María Stakes (G2), en el Santa Ysabel Stakes (G3) y en el L.A. Woman Stakes (G3).

Sobre la primera cría de Unique Bella y a la propia yegua en su nueva función Fabricio Buffollo, parte del equipo de Don Alberto en Kentucky, contó a Turf Diario: “Se adaptó muy bien como madre y está por servirse esta semana con Curlin en Hill’n’Dale Farms, que tiene el haras enfrente del nuestro. La potranca es muy buena, parecida a ella, bien despegada del piso y está evolucionando como uno desea. También tiene un buen temperamento, otro dato importante. Estamos muy contentos”.

Don Alberto Corp. tiene su base en los Estados Unidos en donde antes se ubicaba el Vinery Farm, donde arrancó su carrera en la reproducción el notable More Than Ready. Allí crecerá la potranca más mimada de toda del haras, donde para todo el equipo resulta imposible no hacerse ilusiones con su futuro, con la lógica impaciencia porque llegue la hora de la verdad: competir.

Foto Haras Don Alberto / Mathea Kelly