Costaba ver en la previa del Zenyatta Stakes (G1-1700 m, arena, US$ 300.345) de este domingo en Santa Anita Park a la crack argentina Vale Dori con posibilidades de llevarse el triunfo. En sus cuatro actuaciones de esta temporada su nivel había sido flojo, más allá de ir dando pasitos pequeños hacia adelante. Pero la mayor preocupación llegaba ante el enfrentamiento con Abel Tasman (Quality Road), para muchos, la mejor de 2018 en el Norte.
No es un capricho el viejo axioma burrero que dice que las carreras siempre hay que correrlas, y la hija de Asiatic Boy se encargó de darle plena actualidad, volviendo por sus fueros con una victoria notable, estableciéndose otra vez como una de las líderes de la categoría y soñando más que nunca con el objetivo de correr el Breeders’ Cup Classic (G1) de noviembre en Churchill Downs, pues ahora tiene su plaza garantizada ya que el Zenyatta Stakes forma parte del programa Win and You’re In de la serie.
Estrenando a Joseph Talamo en sus riendas, llamó la atención la decisión de Bob Baffert, su preparador, de colocarle careta, situación poco usual que a un ejemplar de su experiencia y veteranía -va camino a los 7 años en los Estados Unidos- se le aplique semejante cambio de equipamiento. Pero el que sabe, sabe, para seguir con los refranes.
Más “concentrada” que nunca, sin dar ventajas al partir, Vale Dori le puso el cuchillo desde temprano a la puntera Shenandoah Queen (Henny Hughes), la misma que venía de darle una paliza en el Tranquility Lakes (L) de Del Mar, fue aumentando la presión en la curva, dominó al pisar el derecho y terminó por contener sin mayores problemas y por 3/4 de cuerpo a la alemana La Force (Power) tras excelentes 1m44s88/100.
“Bob me pidio que tratara de mantenerla abierta, no importaba si venía primera o segunda; proponiendo un ritmo acelerado. Se ubicó cómoda a la par de Shenandoah Queen y en la curva ya sentía que tenía mucha yegua. Esperé el momento y cuando la dejé correr me respondió con un potencia. Esperaba que Abel Tasman viniera desde atrás, pero esto es hípica…”, comentó Talamo, más que satisfecho.
¿Y Abel Tasman? Poco y nada se vio esta vez de la gigantesca favorita, que partió sin energías, quedó lejísimo en el opuesto y fue una sombra frente a las tribunas, rematando quinta y anteúltima, y a varios cuerpos de la argentina. “Quedé preocupado por ella, ya que Mike Smith me dijo que estuvo desanimada, como esos caballos enfermos; sólo espero no haya quedado efectivamente así”, contó Baffert, que, por supuesto, también se refirió a Vale Dori: “Siempre estuvo trabajando muy bien, sin bajar la guardia, pero no estaba saliendo de los partidores como solía hacerlo y sabemos que si no arranca bien, no corre bien”.
Vale Dori, que había sido tercera hace doce meses en esta misma carrera detrás de Stellar Wind (Curlin) y Beholder (Henny Hughes) sumó así su segundo triunfo de G1 en los Estados Unidos y tercero global en su campaña, llevando sus ganancias a 1.365.567 dólares y revalorizando sus acciones notablemente.
Si el futuro es como todos esperan, el 4 de noviembre bajo las torres gemelas de Churchill tendrá su oportunidad en un Distaff que podría tener dos yeguas argentinas, si Blue Prize (Pure Prize) también hace las cosas que se aguardan de ella desde aquí hasta esa tarde.
Perdió Abel Tasman, perdió Monomoy Girl (Tapizar) y Elate (Medaglia D’Oro) sufrió un pequeño trastorno físico. ¿Cómo no soñar entonces con una tarde como aquellas de Bayakoa (Consultant’s Bid) o Paseana (Ahmad)…