Los jinetes recibieron una dura pena a raíz del sonado caso que también tuvo como protagonista a Martín Valle

Tal como informó Turf Diario hace un par de semanas, y lejos de las versiones que hablaban de un fuerte “lobby” para evitar sanciones, el Hipódromo Argentino de Palermo oficializó ayer una suspensión de 8 meses para los jockeys Facundo Coria y Gerónimo J. García tras los desafortunados sucesos que se vivieron el 24 de enero en los vestuarios de los jinetes y que tuvieron como “víctima” a Martín Valle.

Como se recordará, esa tarde este último se recibió de jockey alcanzando su victoria número 120, tras lo cual fue sometido a una “broma” bastante pesada en su regreso al cuarto. Lo sucedido fue grabado con un celular y trascendió las puertas del hipódromo al ser subido a las redes sociales, tomando dimensiones que, incluso, provocaron coletazos en medios masivos de comunicación y, claro, el repudio general ante las imágenes casi pornográficas en un momento en el que las cuestiones de género están más en los titulares que nunca.

Tanto Coria cuanto García y Valle dejaron sus descargos ante los comisarios del centro, tras lo cual se tomó el camino de penalizar severamente a los dos primeros, además de fortalecer la seguridad en la zona reservada para los profesionales y quitar de base cualquier tipo de “festejo” parecido a futuro. Bien vale decir que, según muchos jinetes, este tipo de “bautismo” eran moneda corriente, aunque sin filmaciones de por medio y, quizás, en un tono bastante menor.

En el largo considerando que publicó Palermo se explica que Valle presentó dos declaraciones firmadas. En la primera de ellas el joven piloto señaló que “todo transcurrió en un marco jocoso y de bromas entre compañeros, reconociendo que se molestó cuando advirtió que los hechos habían sido grabados, a tal punto que afirma que ‘jamás autoricé a que se grabaran los festejos, ni mucho menos que se difundieran por las redes sociales”. En su segunda presentación, Valle amplió sus dichos iniciales, sosteniendo que todo fue realizado mientras “se encontraba en un estado emocional alterado” y que los hechos le parecieron de mal gusto y contra su voluntad, rechazando el carácter de festejo que quisieron darle los involucrados. También explicó que: “Me negué a los mismos en todo momento y traté de oponer resistencia, pero siguieron hasta, como ya expresé, bajarme los breeches, cosa que consiguió uno de ellos a la fuerza mientras pedía que la corten”.

Palermo calificó los descargos de Coria y García como “tibios”, “ambiguos” y “débiles”, explicando que los hechos producidos repugnan por su inmoralidad y obscenidad, “en una conducta que no puede ser consentida por la comisión”.

Si bien el caso encontró una resolución oficial, se espera una ofensiva de los jinetes a través de la Gremial de Profesionales, entidad que emitió hace un par de semanas un comunicado “flojito”, de otro tiempo. Coria y García se perderán 8 meses de su vida como jinetes, justo cuando estaban consolidados entre los más ganadores.