El cuidador que en su momento tuvo al crack Grand Lodge cortó su sequía con al notable triunfo de Lady Bowthorpe en el Qatar Nassau Stakes (G1) de este jueves en Glorious Goodwood

Por Diego H. Mitagstein

William Jarvis seguramente no sea un entrenador tan conocido en Inglaterra como John Gosden, Charlie Appleby o el “visitante” Aidan O’Brien, pero es una de las personas más queridas y respetadas allí en Warren Hill, la recta en subida donde cada mañana prepara su “string”, en Newmarket, frente al reloj. 

Su apellido, su familia, hace más de 200 años que se dedica a tratar de sacar cracks, y Ryan, su padre, fue un reconocido profesional desde mediados de los ‘50 hasta mediados de los ‘70. Linda, la esposa de William, trabajó muchísimos años en la escuela que está al otro lado de Phantom House, donde viven juntos y donde tiene su caballeriza, cruzando Fordham Road, una de las avenidas principales en esa ciudad maravillosa. Casi que los Jarvis son parte del paisaje.

Phantom House es adorable, por su historia, porque dentro se respira turf; por sus anfitriones, que acostumbran recibir invitados ante cada venta que organiza Tattersalls, al otro lado de la ciudad. Para los que disfrutan de las carreras y los caballos, pasar unos minutos en su living puede ser una experiencia memorable, rodeado de trofeos y fotos históricas.

William, que no sólo aprendió de su padre, sino de trabajar junto al mismísimo Sir Henry Cecil, disfrutó temprano de los grandes triunfos en el turf, cuando le tocó preparar a un caballo fantástico como Grand Lodge, hijo de Chief’s Crown que ganó el St. James’s Palace Stakes (G1) en Royal Ascot y el Dewhurst Stakes (G1), además de quedar a las puertas de la gloria máxima cayendo por apenas media cabeza en las 2000 Guineas (G1) de 1994.

Pues bien, este jueves, el querido y respetado Jarvis volvió a tocar el cielo con las manos, consiguiendo después de aguardar 27 años otra victoria de G1, gentileza de su yegua Lady Bowthorpe en el Qatar Nassau Stakes (2000 m, césped blando, 600.000 libras en premios) y que fue la carrera más importante en el jueves de Glorious Goodwood.

“Se siente fantástico, hemos soñado con esto durante mucho tiempo”, comentó Jarvis. “Siempre supimos que ella era especial y estoy muy contento por el equipo en casa más que nada, porque trabajan muy duro, sólo tenemos siete u ocho empleados. Confiaba en que se quedaría. Estaba un poco preocupado por la potranca de Roger [Varian] [Zeyaadah], porque no se detenía, pero sabía que teníamos la ventaja de su cambio de ritmo. Ahora se relaja mucho mejor, es una superestrella”, contó un Jarvis visiblemente emocionado.

Luego, agregó: ““Creo que después de que ganó el Dahlia Stakes fue cuando pensé que debería tener el Nassau Stakes en su radar, y trabajamos un poco hacia atrás. Habiendo dicho eso, no ha perdido el ritmo; fuimos al Dahlia, al Lockinge, a Royal Ascot, a Newmarket, es una yegua muy dura. Me moría de ganas de correrla 2000 metros, pero los acontecimientos ocurrieron en nuestra contra hasta hoy. De todos modos, creo que ha demostrado que es incluso mejor en esa distancia que en una milla. Nunca he perdido la fe en mí mismo como entrenador. Es posible que muchas otras personas lo hayan hecho, razón por la cual solo tenemos 28 ó 29 caballos en casa. Sin embargo, tengo un grupo encantador de personas trabajando para mí y que nunca han perdido la fe en la forma en que operamos y me dan todo. Somos una unidad familiar y hay mucha lealtad involucrada, incluso con Kieran -Shoemark, el jockey-, por quien estoy encantado. Hubo mucha presión de personas externas, diciendo que deberíamos hacer esto o aquello o dejar a Oisin Murphy en su silla, pero nunca se nos pasó por la cabeza”.

Hija de Nathaniel y Maglietta Fina (Verglas), Lady Bowthorpe le ganó por 1 1/2 cuerpo a Zeyaadah (Tamayuz), con Joan of Arc (Galileo) completando la trifecta a medio largo. Una desconocida Audarya (Wootton Bassett) quedó sólo quinta y peor le fue a Empress Josephine (Galileo), que tras ganar las Irish 1000 Guineas (G1) pareció verse excedida con los 2000 metros para cerrar la marcha.

Lady Bowthorpe devolvió a las fotos grandes en el jueves de Glorious Goodwood a William Jarvis, un cuidador de la vieja guardia y que tuvo como gran mérito nunca darse por vencido en pos de volver a trascender. Ahora, recoge los dividendos de su pasión y de su tesón.