Con el paseo de Wonderful Key en el Clásico Antonio Cané (G3-2100 m), la cabaña de Juan Carlos Bagó apiló cuatro medallas graduales en 24 horas; y a los Maldotti además del Key Deputy les contamos ese debut de El Escudo…

LA PLATA.- Que Juan Carlos Bagó vea ganar a los caballos que cría y los pueda disfrutar como premio a su amor al turf, eterno, de una fidelidad a prueba de tormentas, tal vez sea una de las postales más lindas, más genuinas que le quedan a nuestro turf si se trata de unir generaciones… Por que muchos de los haras grandes han ido liquidando, solo en los últimos años perdimos a gigantes como La Biznaga y De La Pomme, otros colosos como La Quebrada y La Esperanza debieron achicar planteles, pero Firmamento resiste en un país a veces caótico, siempre imprevisible. Se debe al esfuerzo de mucha gente, talentosa y profesional, apoyada en esa decisión fundacional de Bagó de sostener su pasión por los caballos por encima de todo… Gane o pierda, su sonrisa será la misma, festejando “si le tocó” o felicitando a los que cruzaron.

Y este fin de semana quedará seguramente entre los mejores momentos vividos por Bagó y Firmamento, porque a las dos copas de ayer en las Carreras de Las Estrellas, con Emotion Orpen (Orpen) disfrutando de colores propios en el Classic (G1) y con el invicto Hit It Dubai (Hit It a Bomb) en el Estrellas Junior Sprint (G3), la siguieron en Monterrico con la tordilla Reina de Mollendo (Mastercraftsman), dueña de un final de antología en el Clásico Pamplona (G1), nada menos que la prueba clasificatoria de la hípica peruana para el Distaff  (G1) de la Breeders’ Cup, la primera semana de noviembre en Del Mar…

Para decorar lo que ya era una mesa inolvidable, este domingo Wonderful Key fue aplastante en el Clásico Antonio Cané (G3-2100m) platense, al punto que terminó amasando en el disco la friolera de 10 cuerpos. William Pereyra fue el encargado de las riendas del defensor del Dark Horse, que dominó del primer al último metro con enorme autoridad, volviendo al fin al nivel de aquel estreno con chapa de varios cuerpos en Palermo que había hecho ilusionar a su gente con estar ante un caballo serio. Después hubo algunos pasos en falso, pero los Maldotti vieron la veta en un Cané (G3) que se presumía iba a pagar el precio de un elevage sureño en serios problemas, que sufre un día a día cada vez más complicado tanto en infraestructura, como en programación y de tesorería.

Tenían razón, como canta Sabina, los Maldotti con su olfato, porque la carrera salió accesible y el Key Deputy puso al fin sobre la mesa ese motor que sabían que tenía y se veía solo de mañana. Esta vez fue una maquinita, vino adelante de cabeza alta y cuando entraron a la recta despidió rivales con una facilidad abrumadora, al punto que si terminó ganando por 10 cuerpos se debió a que William es un piloto “tranqui”…

Incluso en el reloj ganó por varios el defensor del Dark Horse, porque empleó según el crono oficial 2m11s5/100, y si miramos que ya estamos en mitad de año, un par de saltitos más y ya se puede poner con el nieto de Fitzcarraldo la mira nada menos que en el Dardo Rocha (G1). Soñar, por suerte, sigue siendo gratuito.

Al alazán lo terminó escoltando Laycan Blues (Le Blues), ganador de una como aquel y al que la gente del stud Occidente y Nahuel Orlandi (h.) ven también como un potro de futuro. A tal punto que luego de un buen estreno local lo habían llevado directamente a Palermo, donde perdió rivales por el camino en 18 cuadras dejando en claro que el concepto tenía amplio justificativo. Este domingo chocó con Wonderful Key como si lo hubiera hecho contra una pared, pero también hay que decir que el alazán de los Maldotti fue un tren expreso.

Irónicamente, lo que Firmamento festejó en ese duelo como criador, lo pagó como caballeriza porque su Master Clette (Mastercraftsman) corrió menos de lo esperado, cruzando tercero sin hacer mucho por sus boletos. Pero la sonrisa de Bagó, ya se sabe, es la misma ganando que perdiendo. Y ahora además tiene para seguir los pasos de la “embajada peruana”, a ver si Firmamento como criador se da el gusto de estar en Del Mar en noviembre. Ya lo dijimos más arriba, soñar sigue siendo gratuito. Por suerte…