Calandagan confirmó su grandeza en el King George VI & Queen Elizabeth Stakes
- Turf Diario
- 28 jul
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El pupilo de Francis Graffard le dio otra alegría al Aga Khan y ya tiene su lugar asegurado en el Breeders’ Cup Turf (G1)

BERKSHIRE, Inglaterra (Especial para Turf Diario).- Lo habían criticado por sus derrotas, por su falta de decisión en los finales, por no poder quebrar esa racha adversa en el plano máximo. Pero Calandagan se encargó de silenciar todas esas voces el sábado, al quedarse con una fantástica edición del histórico King George VI & Queen Elizabeth Stakes (G1-2400 m, césped, £1.500.000), disputado en Ascot, y asegurarse así una plaza en el Longines Breeders’ Cup Turf (G1) de noviembre en Del Mar.
Favorito en las apuestas con 11-10, el hijo de Gleneagles que representa los colores del Aga Khan Studs demostró que atraviesa el mejor momento de su campaña, respondiendo con categoría cuando su jockey Mickael Barzalona lo exigió en la recta final, para doblegar por un cuerpo a la valiente Kalpana (Study of Man), reservada de Juddmonte, que intentó escapar pero no pudo resistir la atropellada del francés.
Entrenado por Francis Henri-Graffard, Calandagan había sido segundo en cuatro G1 consecutivos, y muchos se preguntaban si realmente tenía la mentalidad ganadora. Todo cambió el 29 de junio último, cuando logró su primer éxito de máxima escala en el Grand Prix de Saint-Cloud (G1), y ahora duplicó en Ascot con una actuación consagratoria, la primera en este nivel en suelo británico.
Además de brindarle una cuarta victoria al Aga Khan en las 75 ediciones del King George, el triunfo de Calandagan marcó un hito para Graffard, que repitió su hazaña de 2024 con Goliath (Adlerflug) y se convirtió en el primer preparador en lograr triunfos consecutivos en esta carrera desde que Enable (Nathaniel) lo hiciera para John Gosden en 2019 y 2020. El francés ahora integra un grupo selecto junto a Gosden, Sir Michael Stoute, Saeed bin Suroor y Aidan O’Brien, como los únicos entrenadores en ganar el King George en años consecutivos.
“Estoy feliz por este caballo -dijo Graffard. Es una carrera fantástica y se dio de forma inesperada. Cuando vi que Continuous (Heart's Cry) marcaba un ritmo tan lento, supe que sería diferente. Pero al llegar a la recta noté que el mío viajaba cómodo y cuando empezó a alargar me emocioné. Gritaba para ayudarlo a llegar. Ganó dos G1 seguidos y el trabajo de Barzalona fue perfecto”.
Graffard también habló sobre la castración de Calandagan, una decisión clave: “De potrillo era muy complicado. Lo llevamos cuatro días a trabajar con los starters en Deauville, pero igual no quería entrar. Durante las carreras mostraba mucho carácter y terminaba perdiendo. No tuvimos opción. Prefiero tener un gran castrado que un mal padrillo”.
La carrera tuvo un desarrollo inesperado, con los dos pupilos de Aidan O’Brien jugando un papel equivocado. Jan Brueghel (Galileo), que debía correr a la expectativa, terminó siendo el puntero, mientras que Continuous , designado como el supuesto pacemaker, nunca se relajó en su ritmo y complicó a ambos. Los dos terminaron en las últimas posiciones, con el hijo de Galileo cerrando la marcha.
Kalpana dejó una gran impresión, como lo viene haciendo en toda la temporada. La entrenada por Andrew Balding, que venía de buenas gestiones a nivel G1, ahora fue segunda y se ganó su lugar como una de las favoritas tempranas al Prix de l’Arc de Triomphe (G1). Algunos analistas cuestionaron si Oisin Murphy movió demasiado pronto, aunque también hubo quienes reconocieron que simplemente el mejor caballo ganó.
En tanto, el crédito de Godolphin, Rebel’s Romance (Dubawi), tuvo complicaciones serias de tráfico, encerrado entre los de Ballydoyle, lo que le quitó chances reales. Aun así, terminó tercero y repitió el podio que ya había conseguido en 2024 en esta misma carrera.
El tiempo final fue de 2m29s79/100, sobre pista en condición de buena. Más allá de relojes y estadísticas, el sábado fue el día de Calandagan. Un castrado que maduró, que creció, que venció sus propias barreras y que ahora sueña en grande, con Del Mar y la Breeders’ Cup como siguiente escala.
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