top of page

Calvente y Khamal, una sociedad perfecta, conquistó el Derby Nacional en Monterrico

  • Foto del escritor: Turf Diario
    Turf Diario
  • hace 1 día
  • 3 Min. de lectura

El jockey argentino brilló con una conducción magistral para guiar al chileno Khamal a una victoria aplastante en la tercera corona peruana, confirmándolo como el líder indiscutido de su generación


Gustavo Calvente festeja con Khamal un nuevo gran triunfo en Monterrico / JCP / JULIO VILLANUEVA
Gustavo Calvente festeja con Khamal un nuevo gran triunfo en Monterrico / JCP / JULIO VILLANUEVA

MONTERRICO, Perú (Especial para Turf Diario).- El Derby Nacional (G1) tuvo dueño antes de que los potrillos pisaran la recta final. Y ese dueño fue Khamal, un hijo de Mendelssohn criado en el Haras Jockey de Chile, que con una conducción soberbia del argentino Gustavo Calvente se consagró como el mejor 3 años del Perú, regalando una actuación de enorme categoría y proyección en la emblemática carrera del calendario local.

Khamal ya venía avisando. Tras quedarse con el Ricardo Ortiz de Zevallos (G2), la segunda corona, y desplazar en esa ocasión al favorito Efe Jota (Meal Penalty), se sabía que llegaba al Derby con ambición de sobra. Lo que nadie imaginó fue que el resultado sería tan contundente, al punto de dejar a sus rivales a 8 1/4 cuerpos, y con la sensación de que todavía tiene un largo trecho para seguir creciendo.

Desde la partida, Calvente hizo exactamente lo que debía hacerse. Puso a Khamal entre los punteros, cerca de Puppi’s Husband (Fortify), pero sin entrar en el desgaste que suele causar la presión prematura. El argentino lo llevó siempre con extrema calma, leyendo la carrera con precisión quirúrgica.

“Vino muy cómodo todo el recorrido, con mucha facilidad”, diría después. Y así se vio. Al promediar la curva, Khamal apareció como un potrillo con motor de sobra. Calvente lo movió apenas, y el zaino respondió como un ejemplar distinto, dominando la carrera antes de entrar en la recta y dejando al resto sin herramientas para oponer resistencia.

Cuando Efe Jota quiso acortar terreno en el derecho, ya no había nada que hacer. Khamal estaba entero, sobrado, y con ese segundo aire del que hablaba su jinete. La sentencia fue categórica.

El triunfo dejó varias certezas. La primera, que Khamal no sólo es el mejor de la generación, sino también un candidato serio a lo que viene: el Gran Premio Nacional, la cuarta corona. La segunda, que el Stud Doña Licha acertó de pleno cuando decidió contratar a Calvente especialmente para correr las coronas.

Y la tercera, quizá la más ilusionante, es que Perú podría tener en Khamal a un representante de peso para el próximo Latinoamericano, que volverá a disputarse en Monterrico en 2026.

Calvente, siempre amable con la prensa y dueño de una humildad tan marcada como su talento, habló con claridad al bajar del caballo: “Le tenía mucha fe. Vino muy cómodo, y en la recta fue imparable. En el opuesto ya me di cuenta de que ganaba. Cuando lo relajé, tuvo un final extraordinario.. Tiene para mucho más. Va a seguir creciendo", finalizó.

No sorprende la admiración: Calvente es un jockey probado, con campaña sólida en Argentina y ganador del Latinoamericano 2020 con Tetaze (Equal Stripes), pero también un profesional que se ha ganado a la afición peruana por su cercanía y sencillez.

El equipo completo merece aplausos: el preparador Raphael Herrera, el personal del Stud Doña Licha, el decidido propietario Óscar Peña, y el vareador que también posó orgulloso en la foto del triunfo. Pero la tarde tuvo dos nombres propios: Khamal, un potrillo al que le sobra clase, y Gustavo Calvente, un jockey que volvió a demostrar que en las grandes citas es un especialista.

Monterrico encontró un campeón. Y el turf peruano, una esperanza enorme para lo que viene.



bottom of page