Chad Brown: "Sierra Leone es el mejor caballo que preparé"
- Turf Diario

- 5 ago
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El entrenador se desvivió en elogios para el campeón después de su gran triunfo en el Whitney Stakes de Saratoga

Hay victorias que trascienden el valor de una bolsa millonaria, que superan incluso el peso de un “Win and You’re In” rumbo al Breeders’ Cup Classic (G1). Hay triunfos que tocan fibras íntimas, que conectan lo profesional con lo emocional. Y el logrado el sábado por Sierra Leone en el tradicional Whitney Stakes (G1) en Saratoga fue exactamente eso para Chad Brown.
El preparador oriundo de Mechanicville, a pocos kilómetros del hipódromo más emblemático del verano estadounidense, se sacó una espina personal y profesional al alzar por primera vez el trofeo de una de las grandes joyas del calendario clásico. Y lo hizo con el campeón que ya es su emblema: Sierra Leone, el hijo de Gun Runner que volvió a brillar cuando más alto era el desafío.
“No puedo estar más feliz por el caballo. Está empezando a demostrar realmente su madurez y su talento especial”, comenzó diciendo Brown tras la victoria. “Siempre ha sido consistente, siempre responde, pero estoy realmente orgulloso de que haya podido ganar una carrera tan prestigiosa”.
Ese prestigio no es menor. El Whitney forma parte del ADN mismo de Saratoga, como bien recordó el entrenador: “Para mí, personalmente, que crecí por acá, el Whitney siempre ha sido una de esas carreras que realmente hacen de Saratoga lo que es. Uno piensa en el Whitney y el Travers cuando piensa en este lugar. Qué honor ganar esta carrera”.
Brown, que ya acumula cinco premios Eclipse y más de 170 victorias de Grupo 1, se permitió una pausa emotiva para recordar sus comienzos: “Durante un tiempo entrené para Marylou Whitney y John Hendrickson, y siempre fueron muy amables conmigo. Pensé en ellos ayer, y en lo cálida que hubiera sido la recepción de ambos si me entregaban ese trofeo. Estaban aquí mi hermano, mi sobrino, mis padres, mis dos hijas… un día perfecto en todo sentido. Son memorias raras, y tengo la suerte de poder vivirlo”.
El desarrollo del Whitney fue el clásico de Sierra Leone. Último en un lote de nueve, dejando que los veloces Contrary Thinking (Into Mischief) y Mama’s Gold (Bolt d'Oro) marcaran los parciales iniciales de 23s82/100 y 47s7/100, el campeón se mantuvo frío, esperando el momento justo para lanzar su ataque. Tras recorrer buena parte de la curva final buscando espacio entre rivales, Flavien Prat lo colocó séptimo abierto, y en la recta final su potencia hizo el resto.
Fueron 1m48s92/100 los que el zaino necesitó para recorrer los 1800 metros y quedarse con su tercer G1. Su Beyer Speed Figure fue de 109, una cifra de élite que confirma lo que a esta altura ya parece indiscutible.
“Igual, reconozco que hubo un momento en el que estuve preocupado”, confesó Brown. “Entre los 800 y los 600 metros pensaba que todavía tenía mucho por hacer. Esta pista a veces favorece a los punteros, y sabía que iba a ser difícil descontar tanto en una carrera de este nivel. Pero cuando pasó los 400 metros y empezó a avanzar debajo de Flavien, y encontró espacio… ahí sí empecé a sentirme mucho mejor”.
El triunfo también sirvió como respuesta a quienes creían que Sierra Leone no se sentía cómodo en Saratoga, donde anteriormente había sido segundo en el Jim Dandy (G2) y tercero en el Travers (G1) y en el Belmont Stakes (G1) en su versión trasladada.
“Siempre creí en el caballo”, remarcó su cuidador. “Estoy tan feliz de que haya podido acallar a los que dudaban o criticaban sus imperfecciones. Al principio de su campaña perdió algunas carreras por no correr derecho, y ver que ahora es un caballo profesional, pulido… Me alegra por él. Se lo merece. Eso es lo que es”.
De cara al futuro, Brown no descartó una última escala antes del Breeders’ Cup Classic: la Jockey Club Gold Cup (G1) del 31 de agosto próximo, de regreso a Saratoga.
“Sigue en el radar. Sé que tuvo una carrera exigente, pero sólo ha corrido tres veces este año, y una cosa que no voy a hacer es tener miedo de correrlo. No estoy tratando de proteger nada, no tengo miedo de perder con él. Mi objetivo es repetir en la Classic, y tengo que hacer lo mejor para eso. Y creo que lo mejor es una carrera más”.
Y cuando se lo consultó por el lugar que ocupa Sierra Leone entre los cracks que pasaron por su cuadra, Chad Brown no dudó. “Entrené muchos grandes caballos, y para mí, puedo decir sin dudas que es el mejor que he tenido en mis manos. He tenido campeones en ambas superficies, pero él está en otra liga”.
Palabras mayores para un caballo especial. Uno que ya conquistó la Classic, el Blue Grass y ahora el Whitney. Y que, por lo visto, apenas comienza a escribir su legado.





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