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Chad Brown sueña con la despedida perfecta para Sierra Leone

  • Foto del escritor: Turf Diario
    Turf Diario
  • hace 2 horas
  • 3 Min. de lectura

El entrenador ensillará por última vez al campeón en el Classic, donde intentará defender su corona


Sierra Leone recibe un baño reparador tras otra mañana de trabajos / BREEDERS' CUP
Sierra Leone recibe un baño reparador tras otra mañana de trabajos / BREEDERS' CUP

Por Diego H. Mitagstein (Enviado especial de Turf Diario a Del Mar, California, Estados Unidos)

DEL MAR, California (De un enviado especial).- Hay despedidas que se sienten antes de ocurrir. En el caso de Sierra Leone, el campeón que Chad Brown considera “el mejor caballo que ha entrenado”, la previa del Breeders’ Cup Classic (G1) de este sábado tiene sabor a gloria y nostalgia. Será la última vez que el hijo de Gun Runner defienda los colores de sus prestigiosos dueños antes de iniciar su vida como padrillo, y su preparador lo sabe: “Odiás tener que retirar al mejor caballo que tuviste. Cuando se va, pensás que quizás nunca vuelvas a tener otro así.”

La frase, dicha con la serenidad de quien ganó 19 Breeders’ Cups y 171 carreras de G1, condensa todo lo que significa Sierra Leone para el entrenador nacido en Nueva York hace 46 años. Con más de 7 millones de dólares ganados y triunfos en pruebas icónicas como el Travers Stakes (G1), el Belmont Stakes (G1) y el Whitney (G1), el zaino propiedad de Peter Brant, Mrs. John Magnier, Michael Tabor, Derrick Smith, Westerberg y Brook T. Smith se ha ganado un lugar en la historia reciente del turf estadounidense.

“Es un caballo realmente raro, muy especial”, continuó Brown. “Esa es la parte amarga de esto. La dulce es que se va al mejor haras del mundo, donde lo van a cuidar como un rey y tendrá todas las oportunidades para brillar en su segunda carrera. Va a estar seguro, y eso, para un caballo que significó tanto para nosotros, es lo más importante.”

Desde que fue adquirido por 2,3 millones de dólares en la venta selecta de Saratoga en 2022, Sierra Leone cargó con expectativas enormes. Y no solo las cumplió: las superó. En 13 actuaciones, solo dos veces largó a más de 2-1, siempre entre los favoritos del público y la prensa. Su campaña combina calidad, consistencia y clase: tres victorias de G1 y una sola vez fuera de los dos primeros.

Brown, que no suele prodigarse en sentimentalismos, reconoce que el caballo le dejó una huella profunda: “Te hace pensar que, aunque lleves años corriendo a este nivel, siempre hay algo nuevo por aprender. Con él entendí más sobre cómo manejar la presión, cómo ajustar detalles mínimos que pueden marcar una diferencia. Me ayudó a ser mejor entrenador.”

El profesional, que ya figura entre los nombres más grandes del turf moderno, siente que su equipo y él lograron con Sierra Leone una obra completa. “Nunca estuvo fuera del marcador, siempre sano, siempre entero, y todo eso bajo la lupa del público y la prensa. Eso me da un sentimiento de orgullo y gratitud. Hicimos todo lo posible para que estuviera preparado cada vez que salía a correr, y creo que lo conseguimos.”

El Breeders’ Cup Classic será entonces su capítulo final en las pistas, el cierre de una historia escrita con paciencia, inteligencia y talento. Sierra Leone deja las pistas tal como las recorrió: con elegancia, fuerza y una presencia que impone respeto.

Y aunque Brown lo despida con cierta melancolía, lo hace sabiendo que pocos entrenadores pueden decir que han tenido un caballo así. “Se va al lugar donde merece estar. Y yo me quedo con la tranquilidad de haber hecho todo lo posible para que fuera el mejor.”

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