top of page

Con el Queen Elizabeth II Jubilee como broche, Royal Ascot 2025 se despide a lo grande

  • Foto del escritor: Turf Diario
    Turf Diario
  • 21 jun
  • 2 Min. de lectura

El mitín más esperado del calendario cerrará su edición con otro turno de máxima escala y un balance repleto de emociones


Inisherin ya sabe de qué se trata ganar un G1 en Royal Ascot / ROYAL ASCOT
Inisherin ya sabe de qué se trata ganar un G1 en Royal Ascot / ROYAL ASCOT

BERKSHIRE, Inglaterra (Especial para Turf Diario).- Hay semanas en el calendario que no son simples combinaciones de fechas, sino capítulos sagrados que se escriben con elegancia, historia y pasión. La de Royal Ascot es una de ellas. El tiempo parece detenerse entre sombreros, galopes y reverencias, y durante 5 días el mundo del turf se transforma en una ceremonia donde lo deportivo y lo ceremonial conviven con una naturalidad majestuosa. La edición 2025 no fue la excepción: fue un viaje a través del alma misma de las carreras.

Desde la ceremonia de apertura con la carroza real cruzando el hipódromo hasta los gritos contenidos de una multitud que respeta la etiqueta pero desborda pasión, cada jornada ofreció postales inolvidables. Las hazañas de campeones, los regresos inesperados, los debutantes que se ganaron un lugar en el centro de la escena, los duelos de monta que mantuvieron en vilo al público hasta el último metro. Todo estuvo ahí, como dicta la tradición, como exige la historia.

Este sábado, el telón caerá con el Queen Elizabeth II Jubilee Stakes (G1), una de las joyas del sprint europeo, donde la velocidad alcanza su máxima expresión y los márgenes de gloria se miden en milímetros. Será la última función, el acto final de un espectáculo que año tras año confirma su estatus como uno de los eventos más sublimes del calendario internacional.

Con 16 confirmados, todas las miradas en la previa se posarán sobre Lazzat (Territories), del Whatnan Racing, y que tendrá rivales tan complicados como Inisherin (Shamardal), que en 2024 se impuso en la Commonwealth Cup (G1), o el japonés Satono Reve (Lord Kanaloa), que llevará en sus riendas al brasileño Joao Moreira.

Con la última copa alzada, con el último sombrero saludando y el sol bajando sobre Berkshire, quedará solo el eco de los aplausos, las páginas de los programas dobladas con anotaciones, y una certeza compartida por todos los que alguna vez soñaron entre barandas: Royal Ascot no es solo una carrera, es un rito.

Y como todo rito que termina, deja detrás una promesa: la de volver.

Comentarios


bottom of page